Uno de los lugares más conocidos de Ronda es la famosa Casa del Rey Moro, un enclave único no solo por su interés histórico, sino también por su belleza a los pies de famoso tajo de Ronda.
Empezando con el jardín, os diré que fue diseñado por el mismísimo Jean Claude Nicolas Forestier, precisamente en un post anterior a este os comentaba cómo Forestier se inspiró en los jardines del Generalife de la Alhambra para sus creaciones, y este jardín fue una de sus obras en España (de hecho fue su primer jardín en el país), así como el Parque María Luisa en Sevilla, los jardines del Palacio de Lidia en Madrid o la urbanización de la montaña de Montjuïc en Barcelona por poner solo algunos ejemplos.
En 1.912, la Duquesa de Parcent, encargó a Forestier, a quien conoció en París, que diseñara el jardín de su casa. Forestier tuvo claro que diseñaría un jardín mediterráneo de influencia musulmana, y lo haría en un espació estrecho y con fuertes desniveles que se asomaban al escarpe del tajo, para lo que usó terrazas y escaleras logrando así que el jardín pareciera mucho mayor de lo que es en realidad.
Desde el jardín, los rincones románticos semiocultos y los miradores, proporcionan unas vistas simplemente maravillosas...
Por sus detalles, se piensa que quizás esta fuente proceda de un oratorio de un palacio o mezquita de origen otomano o mogol de la india. Curiosamente la fuente fue expropiada y estuvo perdida durante años, pero finalmente fue recuperada, restaurada y devuelta a su localización original.
La fuente está rodeada de setos y bancos de azulejos decorados con figuras geométricas en colores azules, amarillos y verdes, aquí, la abundante sombra y el sonido del agua invita al descanso.
La fuente vierte sus aguas a un canal que circula por la terraza media. Este canal de agua, que nos anima con su sonido y frescor, divide el camino en dos avenidas para pasear a ambos lados, evocando así los típicos jardines-huertos islámicos.
En los extremos, tenemos sendos parterres limitados por setos de ciprés, boj y mirto recortados con formas geométricas típicos de los jardines franceses. Los parterres están algo hundidos según la tradición hispanomusulmana para elevar el camino y retener el agua del riego. Aquí vemos flores y, en el parterre cercano al tajo, también plantas aromáticas como lavanda, romero o hierba luisa, que son plantas acostumbrada al clima rondeño y que aportan su especial aroma, por no hablar de su aprovechamiento culinario.
Finalmente el agua llega a la terraza inferior a través de un caño con forma de animal, aquí acaba en un estanque donde nenúfares y papiros conviven con peces de colores. Estamos en la llamada terraza del estanque de la vida.
Al contrario que en la anterior terraza, aquí el agua proporciona calma, paz, al estar detenida como un espejo. Si nos sentamos junto al pozo podremos contemplar no solo el jardín, sino de nuevo unas vistas privilegiadas que desde aquí se extienden mucho más allá del tajo.
Forestier creó un auténtico jardín de los sentidos para disfrute del olfato y el gusto con las plantas aromáticas, el oído con el relajante sonido del agua y los pájaros, y por supuesto la vista, no solo por el colorido de las flores, sino también por los múltiples miradores del jardín. Aquí se han relajado personalidades como Michelle Obama en su visita en 2.010 o la mismísima Madonna que aprovechó para rodar su videoclip "Take a Bow" en las instalaciones de la casa. Por todo ello, no es de extrañar que el jardín este calificado como Bien de Interés Cultural.
Pero la visita continua, y si ya el jardín es impresionante por su belleza, la mina lo es todavía más si cabe por su increíble historia.
La Mina de Agua es una obra de ingeniería hidráulica para uso militar construida en el siglo XIV y que constituye el ejemplo mejor conservado de este tipo en España. El objetivo de la mina era extraer agua del río Guadalevín desde el interior de la montaña para abastecer la ciudad frente a posibles asedios enemigos, el problema es que hay 60 metros entre la ciudad y el río, y por tanto son muchos los escalones húmedos (más de 200) que hay que bajar, y luego subir, por lo que hay que extremar la precaución.
Eso sí, el esfuerzo merece la pena, así que allá vamos a descubrir los secretos que oculta...
Pero, ¿ cómo se extraía el agua de la mina?, a medida que bajamos por la galería vamos respondiendo a esta pregunta, y lo primero que nos llama la atención son unos pequeños reposaderos en los laterales de la misma.
Seguimos descendiendo y pronto nos encontramos con lo que parece otro vestigio de los cautivos cristianos, las cruces del muro.
Al contrario de lo que pudiera parecer, la mina no estaba totalmente iluminada por antorchas, los esclavos necesitaban poder tener las manos libres para mover la noria y transportar los zaques, por ello los musulmanes diseñaron unas ventanas que proporcionaban luz natural a las estancias claves de la mina.
La genialidad es que estas ventanas, por su inclinación, apenas si son visibles desde el exterior, usando además la maleza para ocultarlas y evitar así delatar al enemigo la localización de la mina. Además las estancias interiores se encalaban para que la luz natural se reflejase al máximo por toda la habitación.
Seguimos descendiendo y llegamos a una estancia con un techo elevado, Este es el corazón de la mina, pues era aquí donde se encontraba el secreto mejor guardado de la ciudad, la Noria de tracción humana.
La noria, a unos 15 metros todavía sobre el nivel del río, ocupaba casi toda la sala, 8 hombres eran necesarios para moverla, y aquí en la puerta de la sala, más esclavos llenaban sus zaques en los pilones donde la noria vertía el agua, para luego subir la carga por galería maldita.
Se piensa que los resto de la noria pueden están enterrados justo debajo del pozo, y por ello hay una investigación en marcha de la Universidad de Sevilla para excavar toda esta zona.
Un poco más abajo nos encontramos una sala que era el "plan B", la Sala de las Armas, que forma parte de la Torre de Defensa. Aquí era donde aguardaban las armas, municiones y estaba la guarnición para, en caso de ser descubiertos por el enemigo, poder repeler el ataque.
El objetivo era claro, proteger la puerta que está a la vera del río Guadalevín, y para ello esta sala es fundamental, ya que desque aquí arriba, arrojaban líquidos hirviendo desde la ventana central, mientras que desde las laterales volaban flechas y bolas de piedra dirigidos a aquellos que pretendieran asaltar la mina por su base. El acceso directo por la puerta se antojaba imposible.
La bóveda de la Sala de los Secreto es la típica cúpula celestial islámica, se llama bóveda de pañuelo, y se trata de una estructura muy resistente perfecta para soportar ataques. Su forma esférica y baja altura provoca además un curioso efecto que le da hoy en día su nombre...
...y es que si una persona habla en voz baja hacia una de las esquinas, sus palabras se pueden escuchar perfectamente como un susurros en las demás esquinas, pero no quienes estén en el centro de la sala, de ahí el nombre que desde el siglo XVI tiene esta Sala de los Secretos.
Precisamente, la Duquesa de Parcent, que estaba encantada con este efecto sonoro, ordenó levantar el suelo que vemos hoy en día sobre el original, para poder jugar a los secretos con sus amistades.
Pero dejémonos de juego y hagamos un último esfuerzo para bajar a la Puerta situada en el lecho de río. Estamos en el centro de Ronda, pero desde aquí abajo parece que estuviésemos de barranquismo perdidos en un entorno salvaje.
La constante erosión del agua durante 11 millones de años es el causante de la enorme garganta que se abre ante nosotros, un escarpe de 100 metros que transcurre durante medio kilómetro y que otorga esa magia que posee Ronda.
Fue aquí donde se libró la batalla en mayo de 1.485, después de 15 días de asedio, el marqués de Cádiz observó que las aguas estaban bajas, así que pudieron entrar por el río. Sin embargo los musulmanes los recibieron con una lluvia de flechas desde la terraza de la torre.
Para neutralizarlos, el marqués de Cádiz ordenó atacar la terraza desde lo alto de las peñas de la otra orilla del tajo.
A partir de ese momento la mina fue abandonada de forma progresiva, pero no olvidada por el imaginario colectivo, así se dice por ejemplo que sus galerías fueron aprovechadas por bandoleros, que sus salas fueron parte del baño secreto de una princesa mora o que en sus recovecos se ocultaba el tesoro de un rey musulmán...de hecho una de sus salas recibe el nombre de Los Tesoros de la Mina.
La leyenda dice que el rey moro Abu-Malik mandó excavar estas galerías por el deseo de su favorita Galiana de poder descender al río sin ser vista para poder bañarse, este palacio subterráneo llevaba su nombre, y ya que estamos ante un supuesto palacio secreto y privado, ¿por qué no ocultar aquí los tesoros del Rey?...
En 1.909 el excéntrico multimillonario norteamericano Lawrence Perin compró la Casa del Rey Moro. Aficionado que era a la arqueología, ni corto ni perezoso empezó a excavar por todos lados buscando sus secretos, y al final, por pura suerte mas que otra cosa, dio con la entrada de la mina de agua.
Mr Perin dijo entonces haber descubierto una nueva Alhambra, con tumbas de reyes moros, y con cuevas repletas de tesoros, de hecho marchó a Madrid para informar de sus descubrimientos. No cabe duda de que Mr. Perin estaba bastante "trastornado" aunque no era tonto, porque Madrid envió un arqueólogo oficial que por supuesto no encontró ningún tesoro moro, pero sí un cartel en la entrada con un elevado precio para poder visitar su descubrimiento.
En Ronda le conocían como "el loco de Mr Perin", y contaban que solía lanzar monedas de oro por las calles, que intentó legar la Casa del Rey Moro al Rey Alfonso XIII por considerarlo su legítimo heredero, que solía pasear con su revolver en mano por los pasillos de los hoteles donde se albergaba recitando el Corán...en fin, al final no es de extrañar que fuese encarcelado por "perturbado mental".
Y es que Lawrence Perin logró avivar las leyendas y misterios que rodean a la casa hasta tal punto que fueron muchos los que, atraídos por el dinero fácil, expoliaron la mina buscando sus falsos tesoros y llenando las paredes de agujeros que todavía siguen ahí.
En fin, resulta curioso pensar como en la Casa del Rey Moro, muchos encontraron el infierno, mientras que años más tarde, otros muchos encontraron su paraíso. Lo que está claro es que este lugar no deja indiferente a nadie.
Espero que disfruten la visita tanto como nosotros.
Hasta pronto.
possl.es
ResponderEliminarSi planeas explorar Ronda y realizar rutas por sus encantadores rincones, la mejor manera de hacerlo siempre es con tu propio vehículo, como una furgoneta camper. Viajar con la comodidad de tu propio espacio te permite disfrutar de la experiencia con total tranquilidad.