Hace poco he pasado unos días con mi familia por Barcelona, hacía bastante tiempo que no visitábamos la capital catalana y, a pesar de la calor, pasamos unos días muy agradable recorriendo sus calles, sobre todo el corazón de la Ciudad Vieja.
Esta vía peatonal lleva varios años encabezando la lista de la más cara de España, y dentro del Top 20 de las más cara del mundo. Aquí los alquileres medios se sitúan por encima de los 3.300 € el m2, cifras sólo al alcance de unas pocas empresas...como por ejemplo The Walt Disney Company, que tiene en esta calle la que durante mucho tiempo fue la tienda mas grande del país.
Es curioso, Disney estuvo más de 5 años buscando la localización ideal en España para su primera gran sede física, y al final terminaron reformando un antiguo palacete del siglo XVII. Pues por desgracia, algo más de 5 años después, y por culpa de la pandemia, ni ellos pueden/quieren mantener la tienda aquí y se va a cerrar en breve, una lástima sobre todo si viajan con peques y/o adultos frikis como nosotros.
Está un poco escondida, pero si buscan en las hornacinas del Banco de España podrán encontrar esta escultura que data del 1.957, obra del escultor Ángel Ferrant.
Investigando un poco por internet, descubrimos que son mensajes en lata que lanzan una pareja de artistas que prefieren permanecer en el anonimato, pero que logran sacar una sonrisa a propios y extraños con sus mensajes alegres.
Esta es la única catedral de Barcelona, ya que la conocida catedral del Mar es en realidad una basílica. La fachada que vemos no es la original del siglo XIII, sino que es del año 1.888.
...de hecho en su fachada vemos la composición titulada "la canción popular catalana" donde aparecen ancianos, niños, campesinos, marineros y gente de la alta sociedad como un claro símbolo de que el Palacio era para todo el pueblo...eso sí, supongo que sería en el año 1.908, porque ahora la visita es para todo el pueblo... que pueda permitirse la entrada claro jeje.
Continuamos nuestro paseo callejeando por el barrio de la Ribera y a unos 600 metros del Palacio de la Música nos encontramos una bonita plaza, la plaza de San Agustín Viejo, llamada así por un antiguo convento de frailes agustinos que estaba aquí hacia el año 1.309.
Y justo enfrente una curiosa tienda que venden exclusivamente las típicas figuras del caganer ...
...Me encanta, jajaja, aquí ya no solo se vende el típico pastor cagón, sino que ahora hay literalmente de todo, incluyendo famosos, o personajes de dibujos o de Marvel....."Vengadores... por favor, separaos" jajaja....aunque me pregunto qué pensarían los bastaixos de los nuevos negocios del barrio...
¿Ven ese arco blanco a medio terminar incrustado en la pared de la casa Padellás?...bueno digamos simplemente que a veces cuando uno juega a los legos, encaja las piezas en los sitios donde no corresponden jeje.
Todos ellos edificios medievales impresionantes con mucha historia entre sus piedras, pero también hay un pequeño edificio que pasa casi desapercibido a la mirada de los turistas y que tiene una historia muy curiosa...me refiero a esta casita de piedra.
Si tienen dudas de cual es cual no se preocupen, fíjense en quienes vigilan la puerta, en el Ayuntamiento es la policía, en el Palacio de la Generalidad son los mossos...
Bueno a diferencia del astronauta de Salamanca, que sí que es un cosmonauta, esta obra no es reciente, sino que es del siglo XV. Y por supuesto no se trata de un astronauta sino que es el mismísimo San Jorge que, con un casco que serviría más para viajar a la luna que como defensa personal, está matando al dragón con su lanza (bueno la lanza ya no está pero nos la imaginamos) y salvando a la princesa.
...por ejemplo, hay quienes asegura que la calavera es real, otra leyenda asegura que si alguien quitara la daga de la calavera, todos los edificio de la ciudad se vendrían abajo (al menos es mejor que lo de la trompa del elefante). Otra leyenda dice que debajo de ella pasan las almas de los presos, y por supuesto no podían faltar las leyendas asociada a la suerte.
La plaza se llama así por la iglesia homónima que la preside, una iglesia que, si se fijan, verán que está agujereada debido a una bomba que lanzó el bando nacional durante la Guerra Civil el 30 de enero de 1.938.
En esta entrada, como siempre, os propongo un paseo repleto de curiosidades, leyendas y algún que otro dato friki sobre Barcelona. Para ello vamos a empezar la ruta por el Barrio Gótico de la ciudad, pero también visitaremos la Ribera. No se preocupen por el recorrido, se lo dejaré al final del post.
Pues sin más, ¿qué os parece comenzar la ruta por la calle comercial con los alquileres más caros de toda España?, pues si la quieren conocer, tendrán que venir a la Avenida de la Puerta del Ángel.
Saliendo ya de la tienda, existe una leyenda que cuenta que en el siglo XV, un Ángel se le apareció al dominico Vicente Ferrer en este lugar, en aquel entonces fuera de la muralla, y le contó que estaba aquí para velar por la ciudad. En 1.466, por orden del rey, se colocó aquí una imagen del Ángel Custodio situado en una capilla de la muralla. Esta imagen estuvo allí hasta el año 1.859 cuando se derribó la muralla, y la imagen fue trasladada a la Iglesia de Santa Anna. Más tarde se llevó a la Parroquia del Santo Ángel Custodio (ya se imaginan el por qué del nombre ¿verdad?).
Después de tanto traslado resulta que la imagen se destruyó en la Guerra Civil, sin embargo el nombre de la vía recuerda la leyenda, y no sólo eso, en la actualidad existe una imagen de un Ángel protegiendo esta avenida...
Bajando la calle llegamos hasta la Plaza Nueva. En esta plaza, que a pesar de su nombre su origen se remonta al 1.355, encontramos varias curiosidades. Por ejemplo, nos encontramos con un street art interesante...
Investigando un poco por internet, descubrimos que son mensajes en lata que lanzan una pareja de artistas que prefieren permanecer en el anonimato, pero que logran sacar una sonrisa a propios y extraños con sus mensajes alegres.
Otro mensaje, algo más antiguo nos lo encontramos en el friso que hay entre la calle de los Arcos y de los Cura, y que pertenece a el Colegio de Arquitectos de Cataluña...
"Me llevó cuatro años pintar como Rafael, pero me llevó toda una vida aprender a dibujar como un niño". Esta frase la dijo ni más ni meno que Pablo Picasso, y me viene que ni pintado, dado que el esgrafiado que podemos ver en el friso es obra del genio malagueño.
En el friso central podemos ver imágenes representativas de la cultura catalana, como un castell coronado por un pequeño enxaneta haciendo la aleta (alzando la mano para indicar que el castell está cargado). A ambos lados del castell no vemos a dos reyes, sino que son dos gigantes, y a los lados varios payeses y finalmente un típico burrito catalán.
Retrocediendo algo más en la historia, en la Plaza Nueva, también encontramos aquí la Puerta del Obispo, llamada así por estar una de las torres adosada al Palacio del Obispo.
Esta es la única entrada que se conserva de las cuatro que tenía la antigua muralla que rodeaba la Barcino romana. Aquí confluían los dos acueductos que traían agua a la ciudad, aunque lo que vemos hoy en día es una reconstrucción. En la torre circular anexa podemos encontrar una hornacina, y dentro hay una imagen de San Roque del siglo XVI para que protegiese a la ciudad de la peste (cosas que como les contaré más adelante no funcionó).
Desde la Plaza Nueva, nos acercamos ahora a la fachada de la Catedral de Barcelona del siglo XIII.
Esta es la única catedral de Barcelona, ya que la conocida catedral del Mar es en realidad una basílica. La fachada que vemos no es la original del siglo XIII, sino que es del año 1.888.
Como curiosidad les contaré que en el claustro de la catedral viven 13 ocas blancas, el motivo es que la catedral está dedicada a Santa Eulalia, una joven cristiana que vivió en época romana y que se enfrentó al gobernador de Barcino, a quien recriminó su persecución a los cristianos. El gobernador no solo no la hizo caso, sino que ordenó que la torturaran de 13 formas distintas, tantos como años tenía. Y respecto a las ocas, se pensaba que ella era pastora de ocas. Las reliquias de la santa descansan en la cripta de la catedral.
Hasta ahora nuestro recorrido ha transcurrido por el Barrio Gótico, dentro del distrito de la Ciudad Vieja, ahora vamos a poner rumbo al Calle de San Pere Mès Alt para encontrarnos con la enigmática Carmela, que está ya en el Barrio de la Ribera.
La verdad es que visto desde esta perspectiva parece un graffiti dibujado en la pared, pero algo nos dice que no es eso. Efectivamente Carmela no es un graffiti, es una estatua de casi 5 metros situada en mitad de una pequeña plazoleta asombrando a propios y extraños.
La escultura representa a una niña en su paso a la etapa adulta, y el autor de la obra es Jaume Plensa Suñé, un artista barcelonés muy reconocido a nivel mundial y ganador de muchos premios nacionales e internacionales. De hecho Carmela no es la primera obra suya que hemos podido disfrutar, ya tuvimos la suerte de ver a su "hermana mayor" Sanna, de 7 metros, en Burdeos.
Estas estatuas tienen una curiosidad óptica, y es que según te vas moviendo, la estatua "te sigue con la mirada", y es que la vista te engaña, porque si te acercas a ella de repente de das cuenta que no todo es lo que parece y que Carmela es mucho más delgada de lo que aparenta...
Las obras de Jaume Plensa no son para baratas, Sanna por ejemplo cuesta el medio millón de euros. Al igual que Carmela son obras expuestas temporalmente en la ciudad, pero en Burdeos un anónimo compró la obra y la donó a la ciudad. El caso de Carmela puede acabar parecido porque en un principio iba a quedarse poco tiempo en Barcelona, pero la presión popular, y el hecho de que el autor sea barcelonés, han logrado que se quede como mínimo hasta el 2.024, luego ya se verá.
Por cierto, hay un jugador de fútbol apasionado por la obra de Jaume Plensa...¿adivinan quién puede ser?...bueno mejor se lo digo porque es una pregunta trampa, es ni más ni menos que Sergio Ramos, un auténtico apasionado del arte y con posibilidad de adquirir obras de grandes artistas como el propio Plensa o Bansky sin ir más lejos.
Sea como sea, Carmela es solo la excusa para venir hasta aquí, ya que justo detrás de ella se alza una joya, el maravilloso Palacio de la Música Catalana...
Baste decir que esta genialidad del modernismo catalán es la única sala de conciertos declarada Patrimonio Mundial de la Unesco, y también está reconocida como Monumento Nacional, no podía ser menos sabiendo que su artífice fue Lluís Domènech i Montaner, el que fuera profesor de un tal Antonio Gaudí, no se si os suena este nombre jeje.
Este edificio, al igual del Colegio de Arquitectos, es un verdadero homenaje a la cultura popular catalana...
...de hecho en su fachada vemos la composición titulada "la canción popular catalana" donde aparecen ancianos, niños, campesinos, marineros y gente de la alta sociedad como un claro símbolo de que el Palacio era para todo el pueblo...eso sí, supongo que sería en el año 1.908, porque ahora la visita es para todo el pueblo... que pueda permitirse la entrada claro jeje.
Encima de la composición está por supuesto el patrón de Cataluña, San Jorge, el mata dragones, con su cruz en el pecho, la misma cruz que ondea en la bandera de la ciudad de Barcelona o en el escudo de FCB.
Pero lo que me interesa de la plaza es la fuente central...
A los más futboleros puede que les resulte familiar esta fuente...y es que es su aspecto nos recuerda y mucho a la célebre Fuente de Canaletas donde los aficionados del Fútbol Club Barcelona celebran los títulos de su equipo.
Pues bien, es normal que nos recuerde a la famosa fuente-farola dado que en Barcelona hay 16 réplicas repartida por toda la ciudad, y esta es una de ellas. Forman parte de un proyecto del Ayuntamiento de finales del siglo XIX.
Por cierto, ¿saben por qué los aficionados del FCB celebran sus títulos en la fuente de las Ramblas? pues la historia es curiosa. Resulta que en los años 30, mucho aficionados solían reunirse en esta zona porque un diario deportivo local llamado La Rambla, situado frente a la fuente, solía poner el resultado de los partidos de Barcelona en una pizarra en la puerta. De forma que si ese día el equipo ganaba un título, los aficionados comenzaban a celebrarlo en el mismo lugar donde se enteraban de la noticia, es decir en la fuente.
Esta simpática historia choca de frente con nuestra siguiente historia, para ello continuamos nuestro paseo por el barrio de la Ribera hasta llegar al primer edificio de la arquitectura del hierro de Barcelona, el Mercado del Borne.
Hay que aclara que actualmente ya no es un mercado, de hecho dejó de ser mercado en 1.920, luego tuvo diferentes usos, y hoy en día acoge el Centro Cultural El Born. El motivo fue que durante las obras para transformar el espacio en una biblioteca en el año 2.002, encontraron en su interior unos importantes resto arqueológicos, los restos de varias casas del barrio (datadas desde el siglo XIV hasta el año 1.714) conservadas en excelentes condiciones.
Si se fijan, he dicho que los restos abarcan desde siglo XIV hasta exactamente el año 1.714...entonces, ¿qué sucedió en dicho año? pues que buena parte del barrio fue destruido para construir una monstruosa Ciudadela fortificada.
Para construir este edifico militar con forma de estrella ninja, se necesitaba material, y además era necesario dejar libre una explanada entre la fortaleza y el resto de la ciudad. La solución, arrasar más de mil viviendas del barrio de la Ribera.
Pero, ¿por qué permitieron construir esta monstruosidad que hizo sufrir tanto al pueblo?...pues, resumiendo mucho la historia, fue debido a la Guerra de Sucesión (1.701-1.713). Cuando en el 1.700 Carlos II, el último rey de la Casa de los Habsburgo fallece sin descendencia, se "monta el pollo" entre los Borbones y los Austrias. Barcelona apoyó con fuerza a los Austrias hasta el final, que sería en 1.714 cuando las tropas de Felipe V de Borbón tomaron la ciudad tras 14 meses de asedio y más de 10.000 bajas.
Felipe V no ordenó construir la Ciudadela solo para defender una ciudad estratégica, sino más bien para castigarla y mantener controlada y vigilada a una población que fue su enemiga hasta el final. Un castigo excesivo que sin duda tuvo, y aun tiene sus consecuencias.
Antes de entrar en el Centro, si os fijáis podéis ver unas marcas en el suelo de diferente color que muestra el trazado de las antiguas calles y casas derribadas.
Una vez entramos, que por cierto es gratuito, podemos ver las ruinas y numerosos carteles informativos sobre la historia sucedida aquí, información sobre las calles, las distintas casas y jardines, la zona de ocio conocida como los trinquetes (donde se jugaba a los dados, ajedrez, la pelota o la ruleta), o antiguos canales de agua que estaban perfectamente integrados en la trama urbana.
Una vez visitado, seguimos nuestro paseo dirección a la basílica, que no catedral, de Santa María del Mar, donde veremos otro lugar relacionado con los hechos de la Guerra de Sucesión en Barcelona. Y es que justo a lado de la basílica está la simbólica Plaza Fosal de las Moreras, que se levanta sobre un antiguo cementerio de la ciudad donde fueron enterrados muchos de los combatientes que lucharon defendiendo a la ciudad durante el asedio de la ciudad en 1.714 (aunque esto no está confirmado).
En el año 2.001 se instaló un pebetero con el fuego eterno para honrar a las víctimas.
Aunque de día no se vea bien, se nota que está encendido por el espejismo que provoca en la torre. Por cierto, la torre octogonal que ven es una de las dos que tiene la fachada principal de la basílica, y muestra una de las esencias del gótico catalán.
Está basílica, muy famosa entre otras cosas por la obra "La Catedral del Mar" de Idelfonso Falcone, empezó a construirse en el 1.329.
Lo curioso de la basílica es que se acordó que perteneciera solo a los feligreses de La Ribera y la zona del Puerto, que fueron los que sufragaron la obra, bien con donativos, o bien con su propio esfuerzo.
Mientras que la catedral (situada como saben en el Barrio Gótico) era financiada por el Rey, la nobleza y el clero, y estaba destinada sobre todo a su uso, esta iglesia era para por y para el pueblo, y los habitantes de la Ribera se implicaron enormemente en su construcción. Sobre todo los llamados bastaixos, es decir, los descargadores del muelles, uno de los gremios que más contribuyeron dado que cargaban las pesadas piedras a sus espaldas desde el puerto o incluso desde la cantera de Montjuic.
En la puertas del templo se les reconoce su hazaña...
Por cierto, la basílica solo tardó 54 años en construirse gracias al esfuerzo del pueblo, menos de la mitad que la catedral que tardó 120 años en culminarse, chúpate esa alta sociedad. Aunque, para ser justo, hay que decir que La Ribera en aquella época era una próspera zona mercantil ...vamos que se construyó en 54 años porque a la gente del barrio no le iban tan mal las cosas.
Eso sí, a lo largo de la historia la basílica ha tenido que ser reconstruida en numerosas ocasiones, ya sea por incendios o por terremotos que destruyeron entre otra cosas el gran rosetón de la fachada, que por cierto mató a una treintena de feligreses.
Precisamente una de las entidades que han colaborado en su restauración fue el F.C.B. que en los años 60 donó 100.000€ para su restauración tras un incendio sufrido en 1.936, por un ataque de los anarquistas, y por eso hoy en día podrán ver el escudo culé en una de las vidrieras del templo.
Antes de abandonar la Plaza de Santa María, me llama la atención dos cosas más, por un lado, enclavado en la basílica encontramos una antigua antorcha para iluminar las calles...
En fin, continuamos nuestro recorrido y atravesamos la vía Layetana para entrar de nuevo en el Barrio Gótico, la parte más antigua de Barcelona. Por cierto, la vía Layetana fue diseñada y construida a principios del siglo XX con la intención de unir el barrio del Ensanche con el Puerto, también permitió construir un metro en la zona y dar mayor amplitud a la ciudad vieja. Sin embargo su construcción tuvo mucha polémica ya que supuso la destrucción de 2.199 casas del barrio, palacios medievales y conventos incluidos...casi 10.000 personas perdieron su hogar...y esta vez no fue por culpa de los Borbones y tampoco encontré un museo gratuito para ver los restos, curioso ¿no?.
El caso es que algunos palacios que estaban en mitad del proyecto sí que lograron salvarse...¿cómo?, pues los movieron piedra a piedra a otra localización....como por ejemplo la Casa Padellás (siglo XV-XVI) sede del Museo Histórico de Barcelona.
En el subsuelo de este edificio, y en los adyacentes de la Plaza del Rey, se pueden visitar los restos de la antigua Barcino. En esta plaza se respira aroma a pasado, podemos ver el centro el Palacio del Real, con su peculiar torre conocida como el Mirador del Rey Martín, el Salón de Tinell, la Capilla de Santa Ágata o el Palacio del Lugarteniente.
Se trata de la casa más estrecha de Barcelona y pertenecía al funcionario más odiado de la época, el verdugo. En la Barcelona medieval a nadie le hacía gracia tener como vecino a un verdugo, y de hecho las autoridades tenían problemas para contratar uno, dado que nadie quería ejercer el oficio.
Por ello, al verdugo le concedían ciertos privilegios, entre los que se encontraba la casa que, aunque apartada del vecindario y muy estrecha, tenía la ventaja de estar muy cerquita del trabajo, dado que era en la misma Plaza de Rey donde llevaban a cabo las ejecuciones de la Inquisición, cuya sede por cierto, también estaba aquí.
Continuamos paseando por el Barrio Gótico pasando por detrás de la Catedral, donde aprovechamos para admirar algunas de sus numerosas gárgolas.
¿Sabían que la Catedral de Barcelona cuenta con 160 gárgolas?, entre ellas hay un unicornio, un cerdo o un elefante del que cuenta la leyenda que, cuando pierda su trompa, el mundo se hundirá. Se ve que la leyenda no debe ser cierta del todo porque el elefante ya ha perdido la trompa dos veces y, el mundo no se ha hundido...aunque va por el camino...veremos que pasa en la tercera.
Y hablando de terceras veces...os contaré otra historia. Las campanas del templo tienen todas nombre de mujer, pero hay una muy famosa, Honorata. Esta campana fue destruida en 1.714 por orden de Felipe V y convertida en cañón, el motivo era que fue esta campana la que sonaba para avisar a los defensores de Barcelona.
En 1.763 fue sustituida por otra campana bautizada con el mismo nombre, pero en 1.774 de nuevo la campana tocó a rebato durante la primera revuelta de las quintas (un motín contra el reclutamiento de soldados obligatorio y por sorteo) y de nuevo fue destruida por las autoridades.
Dicen que a la tercera va la vencida, y en 1.863 se fabricó la tercera y actual Honorata, aunque para evitar sustos dejó de ser la campana de las horas y pasó a ser la que marca los cuartos.
Dejamos ya la Catedral y continuamos por la calle del Paradís, una estrecha y curvada calle donde se encuentran los restos romanos del Templo de Augusto, aunque debido al Covid no lo pudimos visitar al estar cerrado.
La calle desemboca en una de las plazas más antiguas, y sobre todo más representativas de la ciudad Condal, la plaza de San Jaime, no en vano aquí se encuentra el Ayuntamiento de Barcelona y el Palacio de la Generalidad.
Situándonos de frente al Palacio de la Generalidad, vemos en una calle un bonito puente que une dicho edificio con la Casa de los Canónigos, que es la residencia oficial del Presidente de la Generalidad de Cataluña.
Antes del pasar por debajo del famoso puente, el Palacio de la Generalidad nos reserva una sorpresa, y es que, al igual que en Salamanca hay un astronauta escondido por sus calles, aquí también nos encontramos con un astronauta, el astronauta de Barcelona.
Por cierto, otra curiosidad es que la princesa esta sacada fuera de la escena y convertida en gárgola...
El resultado fue tan espectacular que las autoridades acabaron pagando al joven escultor Pere Joan (20 años tenía) el doble de la cantidad acordada en el contrato.
Después de admirar un buen rato los detalles de la fachada, nos quedamos de nuevo otro buen rato observando de cerca el Puente del Obispo.
Este falso puente gótico esconde una figura de lo más misteriosa, una calavera atravesada por una daga que es objeto de misterio y leyenda...
Así, según cuentan, si pasas de espalda bajo el puente y miras a la calavera pidiendo un deseo, se te concederá....pero también está la leyenda que dice justo lo contrario, que si pasas bajo el puente la calavera te maldecirá.
Por suerte, para librarte de la maldición solo tenéis que recorrer la calle del Obispo dirección a la Plaza Nueva, y justo antes de llegar a la plaza, en la Calle de Santa Lucía, podrán ver un peculiar un buzón en la Casa de Arcediano (el archivo de la ciudad).
En 1.985 esta casa fue sede del Colegio de Abogados de la ciudad, y el buzón tiene muchos detalles aludiendo a la justicia, como la tortuga (por lo lenta que es), las golondrinas símbolo de su independencia, la enredadera por los líos burocráticos que implica o la balanza, sinónimo de igualdad. Pero lo que nos interesa es la leyenda que dice que si tocas el caparazón de la tortuga te librarás de la mala suerte.
Una vez recuperado nuestro karma, volvamos sobre nuestros pasos, porque en la esquina de la calle nos encontraremos con la Cana (caña) de Barcelona.
La cana es unidad de medida que el Reino de Aragón implantó en sus territorios antes de que existiera el metro. Al grabar la cana en piedra, los comerciantes podían hacer sus negocios sin trampa ni cartón. La que podemos ver grabada en la piedra es una cana destra, cuya medida serían 12 palmos, 2.82 mts.
Dejando la cana atrás, volvemos por la calle del Obispo, no se preocupen, no vamos a volver a pasar debajo de la calavera...sino tendríamos que volver a tocar la tortuga jeje. Esta vez vamos a girar a la derecha en la primera calle hasta que nos encontremos con una plaza semi escondida, la Plaza de San Felipe Neri.
Por desgracia, no solo hubo daños materiales, la bomba asesinó también a 42 personas, la mayor parte niños que vinieron al sótano de la iglesia justamente para refugiarse de las bombas y que sin embargo el horror de la guerra les alcanzó de lleno.
Como dice esta canción, rodada en esta plaza, hay cosas que ni el tiempo pueden hacer olvidar...
Por suerte hoy en día, como en la canción de Evanescence, los niños vuelven a jugar, eso sí, las cicatrices de la maldita bomba cambió la zona para siempre, y en la reconstrucción se optó por crear la plaza que vemos. Algunas de las fachadas de San Felipe Neri fueron trasladas a la plaza piedra a piedra, como la del Gremio de Caldereros (hoy una Escuela) o la Casa del gremio de Zapateros.
Si se preguntan que qué fue primero, el huevo o la gallina, en este caso sí que hay respuesta, la basílica se llama así porque encontraron la imagen de la Virgen dentro del tronco de un pino, y por eso mismo plantaron uno en las puertas del templo en el año 1.568, aunque el que ven ahora data del 1.985 ya que el pino es sustituido cuando muere.
Para los neófitos en la materia, el esgrafiado es una técnica que consiste básicamente en rascar una superficie para descubrir la capa inferior de otro color que hay debajo de la misma. Esta técnica se puso muy de moda en Barcelona modernista, y en concreto, estos esgrafiados que vemos, hechos con arena de playa, datan del siglo XVIII (aunque han sido restaurado hace poco).
El dependiente (lo siento, no me quedé con el nombre), nos atendió de forma muy amable, sobre todo con mucha paciencia, respondiendo a todas las preguntas que se le ocurrían a de mi pequeña de 6 años (que estaba flipando con las cosas de la tienda). Incluso la regaló una caja de grajeas de Harry Potter, y cuando quise comprar yo otra, también nos la regaló. Sólo por el trato merece la pena visitarlos.
Como curiosidad en esta fachada podemos ver al león de San Marcos, patrón de los Zapateros.
Algo tiene de especial esta plaza, aquí se han rodado, no solo escenas de videoclips, también de películas como El Perfume de Tom Tykwer, o Vicky Cristina Barcelona de Woody Allen.
Pero continuemos nuestro paseo saliendo por la otra calle de la plaza, para sumergirnos de lleno en las calles estrechas y altas casas pertenecientes al antiguo barrio judío del Call del Barcelona (aquí están datadas las casa más viejas de Barcelona).
De hecho "Call" significa precisamente calle estrecha o callejón, y ¿por qué construían barrios con calles estrechas?....pues porque tenían el espacio limitado, ya que los barrios judíos solían estar amurallados y se cerraban por la noche, en parte como protección y disfrute de sus propias leyes, y en parte para tenerlos controlados, ya sabemos como acaba esto.
El barrio judío de Barcelona, que por cierto estaba dividido en dos, fue uno de los mayores y más poderosos de la Península llegando a alcanzar las 4.000 personas, sin embargo, eso no evitó que, tras un fuerte brote de peste a finales del siglo XIV (como les dije no funcionó lo de San Roque), la comunidad cristina observara que a los judíos, que eran mucho más higiénicos que los cristianos en parte debido a su religión, les afectaba mucho menos la enfermedad, y por ello, los acusaron de envenenar el agua.
El 5 de agosto de 1.391, entraron en el barrio, lo incendiaron, mataron a 300 judíos y obligaron a huir o a convertirse al resto. Que puedo decir, otra barbarie más del ser humano, pero como lo llevamos de serie, sigamos ahora por la calle bajada de Santa Eulalia...¿recuerdan que les contaba antes que el emperador romano torturó de 13 formas diferentes a Santa Eulalia?, pues una de esas forma fue desnudándola y metiéndola en un barril con clavos y cristales que lanzó 13 veces por la pendiente de esta calle...para que luego digan que el 13 no es el número de la mala suerte.
El caso es que enseguida llegamos a la Basílica de Santa María del Pino, y a la Plaza del Pino, donde efectivamente, por si lo dudan hay un pino.
Otra curiosidad de la plaza es la Casa del Gremio de Tenderos Revendedores de Barcelona, en cuya fachada vemos el esgrafiado más antiguo de la ciudad.
En la fachada también podemos ver, como ocurría con la Casa del Gremio de Zapateros, al patrón del gremio de los revendedores, el Arcángel San Miguel.
Aunque no es el original, ya que este se perdió probablemente durante la Guerra Civil.
Al lado de esta bella casa tenemos una de las calles con más encanto de Barcelona, la Calle Petritxol, conocida por sus chocolaterías y galerías comerciales.
El nombre de la calle es un misterio, hay quien dice que antiguamente esta calle era sin salida y solo tenía entrada desde la Plaza del Pino, pero que un día decidieron quitar la casa del fondo para que tuviese salida a la calle de Portaferrisa. Pues bien, el dueño de esa casa "sacrificada" dicen que era un tal Petritxol.
Sea como sea, es muy recomendable andar sus 129 metros de longitud y regodearse en sus detalles, en especial las mayólicas, las placas de cerámicas que verán en las fachadas de los edificios de esta singular calle.
Algunas de estas placas recogen refranes populares, otras hacen referencia a personajes importantes que vivieron o trabajaron en la calle como Montserrat Caballé, otras dan consejos cívicos...
...y otras hace referencia a la historia de esta calle, y si tenemos en cuenta que la calle tiene más de 500 años ya me dirán si tienen para contar historias, entre ellas por ejemplo el hecho de que esta fue la primera calle peatonal de Barcelona.
Creo que ya va siendo hora de cerrar la entrada, a estas alturas ya estamos muy cansados, pero para acabar falta la guinda del pastel.
Como ya os he dicho, al final de la calle Petritxol, nos encontramos con la calle Portaferrisa y si giran a su izquierda por esta calle, enseguida llegarán a Las Ramblas...bueno, es una opción, pero si giran a su derecha llegarán las Galerías Maldà, un pequeño paraíso para frikis...¿adivinan qué hicimos?
Harry Potter, Dragon Ball, Naruto, One Piece, Pokemon...da igual, si te consideras friki simplemente este es tu sitio, y sino lo eres...pues ven igualmente, total, te lo pasarás como un niño entre gente disfrazadas y tiendas especializadas como esta.
Personalmente me gustaría dar las gracias al dueño de la tienda Super Market Friki, una tienda donde venden cosas tan curiosas como chocolate Willy Wonka, cereales Mario Bros o Fuego Valyrio.
Y con esta recomendación final os dejo hasta la próxima entrada, espero disfruten de su estancia recorriendo Barcelona.
Adeu.
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ResponderEliminarBuena ruta!
ResponderEliminarLas calles del centro de Barcelona se iluminan con un encanto único gracias a sus farolas y lámparas que dan vida a su arquitectura nocturna, tejiendo un paisaje urbano inolvidable.