Todos los años más o menos por estas fechas suelo publicar una entrada dedicada a uno de los famosos Castillos de Loira, pero con el aliciente de estar decorados para recibir la Navidad. Si hace un par de años les hablaba del castillo de Tintín, Cheverny, el año pasado fue el turno de Chenonceau, el castillo de las damas, y este año os quiero hablar de otro de los "chateaux" imprescindibles del Loira, Azay-le-Rideau, el castillo "flotante".
Una curiosidad es que el castillo tiene planta en forma de "L", sin embargo se cree que la idea original era que tuviese forma de "U" para darle la simetría que establece el canon italiano, pero la huida del señor del castillo en 1.527 impidió darle la forma final a Azay-le-Rideau.
Precisamente, como le falta un "ala" a este castillo, su elemento arquitectónico más innovador no destaca tanto como debiera, me estoy refiriendo a la Gran Escalera de tramo recto, que da la bienvenida a los visitantes del castillo a través de sus grandes ventanales abiertas.
El tramo central del edificio está atravesado por esta monumental escalera de clara influencia italiana. Hasta entonces los castillos franceses contaban con escaleras de caracol externa, sin embargo esta escalera recta aparece a principios del siglo XVI, y la de Azay-le-Rideau es una de las más antiguas y mejor conservadas.
Solamente esta Escalera ya merece la consideración de monumento por su grandiosidad y decoración esculpida, tanto interior como exterior, donde se mezclan las tradiciones ornamentales francesas e italianas. Observen por ejemplo los detalles de los pasamanos incrustados en la misma piedra, o las figuras esculpidas en el techo, como por ejemplo las Salamandras...
La salamandra está representada en Azay-le-Rideau, y de hecho en muchos otros Castillos del Loira, en honor al Rey Francisco I, dado que este anfibio era su símbolo. Francisco I eligió el Valle del Loira para instalar su corte, que hasta entonces era itinerante, y siguiendo su ejemplo, la nobleza de aquel entonces decidió construir en esta zona sus magníficas residencias con las que competían entre ellas por ver quien lograba la más refinada y exquisita.
Uno de estos aristócratas era Gilles Berthelot, un tesorero real que llegó a ser presidente de la Cámara de Cuentas y alcalde de Tours en 1.519. Gilles Berthelot adquirió el señorío de Azay-le-Rideau entre 1.504 y 1.510, y reformó el antiguo castillo medieval según el gusto de la época dando origen al castillo "moderno" que nos ha llegado a nuestros días.
El problema que tuvo Berthelot fue que el rey Francisco I empezó a sospechar de la excesiva riqueza de sus tesoreros y, tras ordenar investigar sus cuentas, se destaparon varios casos de malversación que acabaron con la ejecución del primo de Gilles Berthelot, también un importante y poderoso tesorero, y con la huida precipitada de este en 1.528, abandonando la propiedad y siendo confiscada por el monarca...vamos lo mismito que sucedió también en Chenonceau.
Se ve que Francisco I tenía cierta facilidad para adueñarse de los castillos más bellos de sus súbditos y "regalárselos" a personas queridas para el, y Azay (al igual que Chenonceau) es uno de los más bonitos y no sólo por el edificio en sí, sino también por su entorno.
El parque que rodea al castillo fue restaurado en 2.015 siguiendo los patrones originales, se replantaron plantas exóticas que en el siglo XIX se pusieron de moda, como las gigantescas secuoyas o los cedros de Atlas, y se añadió una gran pradera para disfrutar con picnic y actividades varias.
Respecto al interior del castillo, amplio y frío como todos los de la época, se reamuebló completamente hace unos años para dejarlo tal y como estaba durante la época en que estuvo ocupado por los marqueses de Biencourt, adquiriéndose muebles lo más parecido posible a los originales según los escritos conservados en los archivos.
Así, podemos ver por ejemplo, como el Salón, la habitación principal, refleja el gusto de los propietarios por el Renacimiento y realza la grandeza del castillo.
La imponente chimenea decorada con moldura con el emblema de Francisco I, el techo con vigas de maderas pintadas, las cortinas reproducidas con absoluta fidelidad, la decoración navideña...todo evoca un lujo y confort al alcance de muy pocos en el siglo XIX....bueno y en el siglo XXI para qué engañarnos.
Como curiosidad os diré que la chimenea estaba pintada en el siglo XIX, pero con el tiempo se ha perdido sus colores originales.
Otra de las estancias más acogedoras del castillo es la habitación de Philippe Lesbahy, la esposa de Gilles Berthelot.
Una habitación donde no sólo se dormía, también se trabajaba y se recibían visitas, y el mobiliario instalado en ella refleja las múltiples funciones de la estancia.
Si observan la cama no está a ras de suelo, sino que está elevada para protegerla del frío suelo que en aquella época era de baldosas. La cama no es de la época del renacimiento dado que apenas quedan mobiliarios original de está época, sino que es del siglo XIX, de la época de los marqueses de Biencourt.
Como curiosidad fíjense que las paredes están cubiertas por juncos trenzados...
...su función de nuevo era aislar la habitación del frío. Además durante el siglo XVI se creía que el junco tenía propiedades terapéuticas y que su olor espantaba el mal humor y saneaba el aire.
Llegado a este punto he de confesaros que Azay-Le-Rideau no está tan decorado con motivos navideños como otros castillos del Loira, de hecho de los que pude visitar era uno de los que menos, sin embargo algunas estancias logran sorprender al visitante ya sea con grandes banquetes navideños...
...o con cocinas cargadas de pasteles franceses no aptas para glotones (porque no son comestibles más que nada jeje)....
...pero sin duda la estancia más mágica del castillo es la azotea, en donde se puede apreciar el armazón original del castillo con piezas de robles que fueron talados en el bosque real de Chinon, previa autorización eso sí de Francisco I, entre el 1.518 y el 1.519.
Aquí habita una pequeña colonia de murciélagos ratoneros, una especie protegida, pero también aquí reside, al menos durante la Navidad, una familia muy peluda a la que le gusta dar la bienvenida a su mesa los más pequeños...
...un rinconcito cuanto menos diferente y divertido...
Otra de las curiosidades que nos llamó la atención de este castillo es que cuenta con unas instalaciones visuales automáticas que se activaban al detectar el movimiento. Durante nuestra visita estas instalaciones estaban inspirada en la hechicera Armida y la bella Psique, que son las protagonista de unos valiosos tapices que pueden ver en el castillo.
Como pueden ver, existe muchas razones para visitar este castillo, ¿ cuál es la tuya?
Nota: Debido a La Covid 19, este año el castillo está cerrado hasta nuevo aviso, tienen más información en su web oficial
Aur Revoir!!
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