El Torcal de Antequera, visita con niños a un paisaje extraterrestre.

   Muy poquito a poco parece que vamos saliendo de esta maldita situación que nos ha traído el Covid19. Con mucha responsabilidad por parte de todos, y sin bajar la guardia, ojalá en breve podamos volver a algo parecido a lo que teníamos antes de que toda esta situación empezara.

   De momento, en un intento de volver a esa ansiada normalidad, voy a retomar la temática viajera del blog, y lo haré hablando de último lugar que tuve la suerte de visitar antes del confinamiento, el Torcal de Antequera.


   Probablemente muchos de vosotros habéis oído hablar de este mágico lugar de la provincia de Málaga, al fin y al cabo se trata de un Paraje Natural declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, pero para aquellos que no lo conocéis, os invito a hacer una pequeña ruta conmigo, seguro que en cuanto puedan van a querer visitarlo.

   Lo primero que deben saber es que el Torcal está situado a unos 15 kms de la bella ciudad de Antequera, a más de 1.200 metros sobre el nivel del mar en zona de media montaña. La visita tanto al parque como al Centro de Visitante Torcal Alto es completamente gratuita, sin embargo, los días que hay mucha afluencia, es decir, los fines de semana, festivos y algunos días especiales, el acceso al parking del Torcal está restringidos a los vehículos particulares.

   Entonces ¿cómo pueden los particulares acceder al parque desde el aparcamiento inferior? pues muy sencillo, o bien haciendo la llamada ruta naranja, es decir caminando 3,6 kms por un paisaje espectacular pero con un desnivel de 260 mts por un terreno pedregoso, o bien comprando el billete del bus lanzadera por 2€ y disfrutar del paisaje detrás de la ventanilla, pero eso sí, sin sudar.

   Si viajan con niños pequeños, está claro que esta es la única opción posible.

   Una vez arriba, recomiendo comenzar la excursión en el Centro de Visitantes del Torcal Alto para poder hacerse una idea de cómo surgió este paisaje extraordinario del Torcal.

   En resumen, hace 200 millones de años, durante el  Jurásico, en el mar de Tethys vivían millones de seres marinos cuyos esqueletos, caparazones y conchas se fueron depositando en el fondo marino alcanzando espesores de cientos de metros con el transcurrir del tiempo.
 
   En cada período geológico, las condiciones ambientales y los animales fueron cambiando, y los sedimentos que se iban depositando en el fondo marino fueron formando diferentes capas o estratos.

   Entonces, hace unos 18 millones de años, durante el Plegamiento Alpino producido por el movimiento de la placa europea y africana, los sedimentos fueron comprimidos y comenzaron a emerger en forma de "pliegue en champiñón".

   Finalmente, el hielo, el viento y el agua fueron erosionando la roca caliza dando lugar al modelado kárstico, pero como no toda la roca caliza es igual, esta erosión es irregular en los distintos estratos, siendo más rápido en rocas más carbonatadas y porosas, y dando lugar a las formas de lo mas caprichosas.

   La visita al parque puede ser guiada por profesionales o bien ser libre. Existen multitud de visitas guiadas para elegir, está por ejemplo la "ruta de los ammonites", el "peque safari por el Torcal", el "laberinto kárstico", etc...en la página oficial pueden encontrar todas ellas y sus tarifas.

   Sin embargo también tienen la opción de recorrer el parque a su ritmo y de forma gratuita. En este caso siempre podrán hacer algunas de las rutas propuesta y señalizadas, como la ruta amarilla, que tiene un recorrido circular de 3 kms con inicio y final en el Centro de Visitante.

   Por otro lado está la ruta verde, que comparte inicio y final con la amarilla, pero que tiene un recorrido menor siendo el recorrido de 1,5 kms, ideal si viajan con niños pequeños. Nosotros hicimos esta y tardamos aproximadamente 1 hora ya que hicimos multitud de descansos por el camino.

   En el Centro de Visitantes Torcal Alto pueden comprar un mapa, por par de euros, donde tienen información del parque y ambas rutas, junto con la ruta naranja. 

   Se recomienda no salir del sendero marcado, dado que es un terreno donde es fácil desorientarse, y además puede ser peligroso, dado que es pedregoso, irregular y con humedad se vuelve muy resbaladizo. 

   Dicho esto, la aventura comienza en el Llano de los Polvillares, al lado del Centro de Visitantes. Desde aquí comienza el sendero que rápidamente te lleva a un paisaje de película, casi parece que estamos en una escena de El Señor de los Anillos.

   Cuidado con los Crebain de las Tierras Brunas!!.

   Por suerte en el Torcal no abundan los espías de Saruman, pero sí que hay otras especies que son un gran reclamo entre ornitólogos, como la pariente lejana de los Crebain, la Chova Piquirroja, pero también se puede ver el Buitre Leonado, la poderosa Águila Real, o el más común de ver en el Torcal, el Roquero Solitario.

   Diría que este es una hembra de Roquero Solitario, acepto comentario si hay algún experto en la sala jeje.

   Durante el paseo, también nos encontramos con zonas acotadas para proteger del público alguna especie botánica de interés. En el parque hay más de 644 especies entre ellas la Orquídea apifera y lutea, la Linaria Anticaria, la Sascifraga o rompe piedras, o la rosa de la sierra, la Peonia.

   Pero sin duda, la estrella botánica de la ruta verde es el Alce de Montpellier, un árbol singular.

   Este imponente árbol es de gran importancia ecológica tanto por su rareza como por sus dimensiones y por ello está incluido en el  Libro rojo de la Flora Silvestre Amenazada de Andalucía.

   Mucho menos espectacular que el Alce y sin embargo muy importante son los musgos y líquenes que podrán ver adheridos a las piedras del Torcal.

   ¿Sabías que la presencia de los musgos y líquenes es un indicativo de la pureza del aire? pues sí, son indicadores de la calidad del aire ya que al no tener raíces adquieren todos sus nutrientes de la atmósfera, y si esta está contaminada pues no pueden sobrevivir. Curiosos, ¿no?.

   Pero, aparte de la fauna y la flora, los verdaderos protagonista del parque son las extrañas formaciones rocosas que hacen volar nuestra imaginación.

   Es muy entretenido pasear con los pequeños buscando formas curiosas a las que dar un nombre, algunas de estas formaciones nos las inventamos nosotros, como por ejemplo "La Ventanita".

   Sin embargo, otras formaciones tienen un nombre oficial, como "el Canario", también llamado a veces "el Águila"

   ..."el Indio"o "el Robot"...

   o "el Vigía"o "el Fin"...

   Si tienen tiempo para pasear con un guía profesional por todo el Torcal, les podrá indicar muchas figuras imaginativas en la roca. La lista es interminable, está la "Puerta del gato", el "Diábolo", la "Mano", la "Esfinge" (que también está en la ruta verde), el "Sombrerillo", el "Martillo", el "Dolmen, el "Pulgar", el "Ok", el "Sepulcro", y así un largo largo etcétera.

   Pero entre todos estas figuras hay una que se ha hecho más conocida por ser la que se utiliza como símbolo del Torcal y que suele aparecer en todas las guías. Me estoy refiriendo al famoso "Tornillo"

   Está figura no se encuentra en la ruta verde, sino que está en la ruta naranja, la que une los aparcamientos superior e inferior. Lo bueno es que está relativamente cerca del Centro de Visitante por lo que pueden hacer una escapada más cómoda desde allí.

   Aparte de las figuras, que como digo son tantas como imaginación tienen los lugareños, en la ruta verde encontramos también espacios asombrosos como el Hoyo de la Burra.

   En este paisaje extraterrestre podemos encontrar la Peña de los Civiles y la Placas del Duro, un lugar más despejado y amplio donde poder hacer una parada.

   Si se fijan, el sendero tiene un color amarillento debido a toda la afluencia de gente que visita el parque, esto tiene una parte buena y es que resulta prácticamente imposible salirse del mismo.

   Al final del Hoyo de la Burra, se encuentra una pared imponente conocida como "los Arregladeros" o "las Catedrales", se trata de un muro de piedra donde se junta de nuevo la ruta verde y amarilla. Aquí ponemos rumbo de vuelta al Centro de Visitantes.

   Todavía nos quedan sorpresas como callejones y recovecos que vuelven a despertar la imaginación de los pequeños siempre pensando en casas de duendes y hadas...

   Seguimos hasta el Hoyo de la Rubia, donde el paisaje vuelve a sorprendernos con sus formas de platos de vajilla acumulados.

   Desde aquí pueden ir directamente al Centro de Visitantes o bien pueden hacer un pequeño esfuerzo más y subir hacia "los Balconcillos", desde donde tendrán una vista simplemente espectacular. Eso sí, si vienen con niños pequeños es mejor que ellos no suban ya que puede resultar peligroso.

   Una vez arriba nos encontramos con un auténtico balcón hacia el sur de la provincia de Málaga, pudiendo divisarse el Valle del río Campanilla, Villanueva de la Concepción, los montes de Málaga, Mijas, e incluso en días claros la misma ciudad de Málaga y el mar.

   Pero si miramos hacia el norte, la vista no desmerece en absoluto con una magnifica vista del Torcal Alto y el Centro de Visitante con su cúpula astronómica.

   Y ya que están aquí, fíjense bien en el suelo, porque este lugar también se conoce como "el Balcón de los Ammonites" y podemos encontrar varios ejemplares en la roca, en especial este negativo que es una auténtica maravilla.

   Por si dudaban que este paisaje estuvo un día bajo el mar.

   Y con esto sólo nos queda volver al sendero y regresar al Centro de Visitantes, si lo desean, enfrente del centro está el mirador de "las Ventanillas" que mira hacia el sur con unas vistas similares a la de "Los Balconcillos", aunque desde este último la vista sea mejor (y mas insegura al no haber protección).

   De todas formas, en el mirador también podemos encontrar algunas figuras de roca como "el Niño" o "las Meninas".

   ...con las que voy a poner punto final a la entrada.

   Un saludo.
   

Comentarios

  1. Hola,
    Todas estas partes de la ruta que describes, ¿Se llega hasta ellas con la ruta verde? ¿o es en otra de las rutas amarilla o naranja?

    Gracias.

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    1. Hola pues es todo la ruta verde, salvo el final donde me desvió un poco para llegar al Balcón de los Ammonites, que está prácticamente al lado.
      Un saludo.

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