Existen fundamentalmente tres razones por las que Triberg, una pequeña ciudad de la Selva Negra alemana, atrae a numerosos turistas todos los años, y estos motivos son sus cascadas, sus relojes de cuco y su famosa tarta Selva Negra.
Auf wiedersehen!!!!
Cuando visité la ciudad mi intención era conocer toda esta "trinidad" de Triberg, sin embargo no pudo ser ya que las previsiones eran de nevada con ventisca...
...la cosa tiene guasa....en plena Selva Negra y resulta que está toda Blanca ¿verdad?. En realidad nosotros estábamos encantado, al fin y al cabo, al vivir en Sevilla no vemos nunca nevar, así que lejos de ser un fastidio era un regalo para disfrutar aun más la visita.
Lo malo de tanta nieve es que las cascadas resultaban muy peligrosa por los posibles resbalones y por tanto el acceso a las mismas estaba cerrado. En fin, nuestro gozo en un pozo...congelado, pero al menos disponíamos de más tiempo para descubrir los otros tesoros de Triberg.
Por cierto que si quieren visitar las cascada hay que pagar una entrada (pueden ver los precios en esta web). Resulta curioso como en su página oficial no dudan en anunciar estas cascadas, con sus 160 metros de caída, como las más altas de Alemania, y efectivamente lo son... si no tuviésemos en cuenta las cascadas de los Alpes alemanes que alcanzan los 400 metros...jejeje que pillines.
De todas formas estoy seguro que la visita merece la pena, pero como la meteorología nos fastidió el plan, pues nos fuimos a conocer los relojes de cuco más grande del mundo.
Y el primero que vimos está muy cerquita de Triberg, en Schonach, y es conocido como el "Erste Weltgrösste Kuchucksuhr", es decir, el primer gigantesco reloj de cuco del mundo que construyó hace casi 40 años el relojero local Josef Dold. Con un tamaño parecido al de una pequeña casa, tardó en construirlo tres años, desde 1.977 al 1.980 y no es para menos, el reloj mide 3,10 metros de altura por 3,60 metros de largo, el péndulo mide 2,70 metros, y el engranaje de madera más grande alcanza un diámetro de 1,85 metros.
Con estos datos no es de extrañar que estuviese considerado como el reloj de cuco más grande del mundo en el Libro de los Record Guinness durante muchos años, y aunque hace tiempo que perdió su reinado, lo cierto es que se ha convertido en todo un reclamo turístico de la zona.
El problema es que para poder verlo te hacen pagar una entrada de 2 euros ya que no se puede ver el reloj desde fuera al estar completamente vallado el recinto, y además con setos dispuestos estratégicamente para impedir la vistas del jardín trasero.
En realidad si te alejas lo suficiente en dirección a la carretera sí es posible ver el reloj, pero claro a bastante distancia. Creo que por 2€ no merece la pena dejarse la vista, ya que por ese precio no sólo podrás ver el reloj de cerca, sino que también podrás ver sus entrañas y conocer la historia del mismo contada por su dueña, aunque en inglés. Incluso podrán comprar un precioso reloj de cuco dentro del mega-reloj, pero no se preocupen que los que están a la venta son de tamaño estandar jeje.
De todas formas tened en cuenta que cierran muy pronto (a las 18:00h), cosa que yo sabía, y también cierran los lunes, cosa que yo no sabía, así que estaba cerrado cuando llegamos por lo que no pudimos verlo por dentro y tuvimos que tirar de picaresca para poder al menos verlo por fuera.....en fin...
En el jardín también pudimos ver este curioso banco adornado por lo que parece ser una "cesta de cerezas rojas" gigante..como no podría se de otro modo en este lugar...
Este reloj de cuco sí que es oficialmente el más grande del mundo según el libro de los Record Guinness, y lo bueno es que como está en la fachada de una tienda se puede ver de forma gratuita, aunque si quieren ver su enorme mecanismo hay que pagar una pequeña tarifa de 2€...cosa que tampoco pudimos hacer nosotros ya que ¿adivinan?...pues sí, estaba cerrado...Para colmo hacía un frío de mil demonios y mi cámara de foto decidió de forma unilateral y sin consultar, que con ese frío no trabajaba, así que comenzó a desenfoncar todas las fotos y, a pesar de que estuve un buen rato intentando arreglarla, al final sólo pude hacer esta foto medio en condiciones.
En fin, el relojito realizado por los maestros relojeros Ewald y Ralf Eble mide 4,5 metros de alto y 4,5 metros de largo con un péndulo que alcanza los 8 metros, por lo que es sensiblemente más grande que el anterior.
Esta es la vista trasera de la tienda donde hay unos parking gratuitos para ver el reloj y poder comprar.
Por supuesto la tienda vende, como no podría ser de otra forma, relojes de cuco de mil tamaños, formas y precios, siendo el reloj gigante un reclamo turístico para atraer a los curiosos como un servidor.
Por cierto que esa idea de poner el producto que vendes en plan gigante en la fachada parece que ha cogido fuerza en la zona....¿adivinan que venden en esta otra tienda?
No sé si será el más grande del mundo, pero no me gustaría ver lo que se pueda echar ahí dentro jejeje...
Volviendo mejor a los relojes gigantes, deciros que son obras maestras ya que cada una de sus piezas tuvo que ser realizada a medida al no poder usar piezas en serie, por no hablar de los problemas técnicos que se encontraron ambos proyectos. Por ello no es de extrañar que Josef Dold tardara 3 años en terminar el suyo y que Ewald y Ralf tardaran 5 años.
Llegados a este punto podríamos preguntarnos ¿por qué existe tanta tradición relojera en esta zona de Alemania?, mucha gente piensa que los relojes de cuco son originarios de Suiza, sin embargo no se sabe a ciencia cierta ni dónde, ni cuándo ni quién los inventó. Existe una leyenda que dice que el inventor de los relojes de cuco fue un tal Franz Ketterer, un relojero de la Selva Negra que en 1.730 inventó los famosos relojes del pajarito, sin embargo esta leyenda es falsa dado que Franz Ketterer, que sí que existió realmente y que sin duda fue uno de los primeros que colaboró en el desarrollo de estas pequeñas maravillas, nació en 1.734 y además se sabe de la existencia de relojes de cuco mucho antes de que aparecieran en esta región.
Pero a pesar de que su origen no sea del suroeste alemán, lo cierto es que el reloj de cuco tal y como lo conocemos hoy en día fue desarrollado por los artesanos de la Selva Negra, fueron ellos los que desarrollaron la industria, su diseño moderno y han ido mejorando el mecanismo desde finales del siglo XVII. Por eso existen decenas de empresas artesanas en la Selva Negra dedicadas a su fabricación y venta mientras que en Suiza sólo existe un fabricante.
Muchas de estas empresas artesanales y tiendas de relojes están en Triberg, y de todas ellas está os llamará especialmente la atención por su curiosa fachada....
...está claro que las tiendas de la zona se han preocupado de llamar la atención de los turistas porque la que no pone un chisme gigante, adorna la entrada con un auténtico cortylandia en miniatura compuesto por una familia de osos.
La familia Tribär, que así se llaman estos ositos, dan la bienvenida a todos aquellos clientes que quieran entrar a tienda, y cada cuarto de hora el papa oso, que debe tener el brazo como la zurda de Nadal, sube y baja continuamente una cuerda para vigilar que todo vaya bien, la mamá oso se queda en casa saludado a su esposo cuando se va de viaje (sí, son una familia algo viejuna), el abuelo oso se queda en casa ensamblando los relojes de cuco de la Selva Negra, y la pequeña se balancea divertida y despreocupada.
Y como no podría se otra forma, cada hora aparece cantando el Cuco atravesando la ventana verde.
Si finalmente se animan a entrar, encontrarán los típicos souvenirs que hay en todos estos negocios, y por supuesto muchos relojes de cuco, no sé si llegarán a los mil, pero hay para todos los gustos, tamaños y precios...sabiendo eso sí que son artículos artesanales y por lo tanto muy caros....
...de hecho yo tuve un gran problema en esta tienda....y es que mi peque de dos años y medio se lanzaba como una posesa a tocar todos esos "juguetes" que se movían y hacían ruido justo delante de sus manitas...
Por suerte, parece ser que no fuí el primero que entraba en esta tienda con un miniterminator de carísimos relojes de cuco, y por eso en la tienda tenían uno especialmente dedicado a los más pequeños de la casa....todo un acierto....
...aunque recuerdo que aun así el reloj de muestra acabó con alguna pieza menos....
Por suerte para mí la peque no se acercó a este otro reloj de cuco...
...ya que se trata del Reloj de cuco más exclusivo del Mundo...con sus 617 piedras Swarovski, sus dos osos de oro de 24 kilates, su panda tallado de Swarovski y sus mas de 215 horas de tallado hacen que este reloj alcance la friolera de 22.900€...¡mírame pero no me toques!
En fin, en Triberg y alrededores no sólo están los relojes de cuco más grandes y los más exclusivo...también tienen el reloj de cuco más pequeño del mundo...aunque por desgracia yo no llegué a verlo, y no¡, no es que sea tan pequeño que no se pueda ver jajaja, es que simplemente no llegué a acercarme al taller ya que estábamos cansado de tanto mirar la hora y decidimos conocer el otro de los grandes reclamos del pueblo en particular y de toda esta región en general....su famosa y exquisita Tarta de la Selva Negra
El nombre en alemán de la tarta es "Schwarzwälder Kirschtorte", que viene a significar torta de cerezas de la Selva Negra.
La tarta esta formada por varias capas de bizcochos de chocolates borrachos con Kirsch, que es fuerte licor de cerezas típico de la Selva Negra y que también se usa mucho para las fondue de quesos. Entre las capas de bizcocho ponen capas de crema chantillí y de crema de cerezas, y finalmente lo rematan todo con virutas de chocolate y unas cerezas que son la "guinda del pastel".
Esta tarta alcanzó gran popularidad en los años 30 y poco a poco se ha convertido en uno de los postres más populares de toda Alemania...¡incluso cuenta con un festival dedicado a esta tarta, por supuesto en la Selva Negra!
Al igual que ocurre con los relojes de cuco, no se sabe a ciencia cierta quién o cuando se inventó este famoso postre, incluso existe una leyenda que dice que es un postre Persa, sin embargo fue el confitero Josef Keller quién se atribuyó tal azaña en 1.915 cuando aseguró ser el inventó del postre. Pues bien, en Triberg aun perdura un local donde afirman servir la auténtica tarta Selva Negra con la receta original de Josef Keller...
...según los Schäfer, Josef Keller, quien por cierto inventó la tarta en Bad Godesberg (Bonn) a más de 400 kilómetros de la Selva Negra, pasó la receta a su aprendiz August Schäfer en 1.929, quién al volver a Triberg trajo consigo el recetario original de Keller y abrió esta cafetería que aun regenta la familia.
Realidad o no, lo cierto es que en la cafetería encontramos más lugareños que turistas y por supuesto la tarta estaba realmente buena.
Por cierto, es probable que se pregunten por qué la llaman tarta de la Selva Negra si parece que su origen esta bien lejos de esta región, la respuesta es por el Kirsch, es muy importante que la tarta contenga este licor de cerezas ya que según la ley alemana...sino tiene Kirsch no es una auténtica Schwarzwälder Kirschotorte, y el Kirsch sí que es autóctono de la Selva Negra.
Existen variedades donde el Kirsch se cambia por ron o por otro licor (incluso sin alcohol), como las tartas Selva Negra de Austria o Italia, sin embargo en Alemania esto no es posible.
Por último, para rebajar la tarta, os diré que muy cerca de la Cafetería Schäfer encontramos un local con una exposición de maquetas con movimientos. Triberg-Land, que así se llama la exposición, tiene un coste de unos 2,5€ y aproximadamente 10 grandes maquetas.
Prácticamente todas las maquetas cuentan con botones que accionan algún vehículo o atracción, y algunas de escenas representan lugares que ya habíamos conocido...como el viaducto Ravennaschlucht...
o por ejemplo el "Erste Weltgrösste Kuchucksuhr"...
En definitiva una buena forma para ver Triberg cuando hace tan mal tiempo que incluso cierran las cascadas.
Os dejo con un mapa con todos los lugares comentado en la entrada.
Por cierto que si quieren visitar las cascada hay que pagar una entrada (pueden ver los precios en esta web). Resulta curioso como en su página oficial no dudan en anunciar estas cascadas, con sus 160 metros de caída, como las más altas de Alemania, y efectivamente lo son... si no tuviésemos en cuenta las cascadas de los Alpes alemanes que alcanzan los 400 metros...jejeje que pillines.
De todas formas estoy seguro que la visita merece la pena, pero como la meteorología nos fastidió el plan, pues nos fuimos a conocer los relojes de cuco más grande del mundo.
Y el primero que vimos está muy cerquita de Triberg, en Schonach, y es conocido como el "Erste Weltgrösste Kuchucksuhr", es decir, el primer gigantesco reloj de cuco del mundo que construyó hace casi 40 años el relojero local Josef Dold. Con un tamaño parecido al de una pequeña casa, tardó en construirlo tres años, desde 1.977 al 1.980 y no es para menos, el reloj mide 3,10 metros de altura por 3,60 metros de largo, el péndulo mide 2,70 metros, y el engranaje de madera más grande alcanza un diámetro de 1,85 metros.
Con estos datos no es de extrañar que estuviese considerado como el reloj de cuco más grande del mundo en el Libro de los Record Guinness durante muchos años, y aunque hace tiempo que perdió su reinado, lo cierto es que se ha convertido en todo un reclamo turístico de la zona.
El problema es que para poder verlo te hacen pagar una entrada de 2 euros ya que no se puede ver el reloj desde fuera al estar completamente vallado el recinto, y además con setos dispuestos estratégicamente para impedir la vistas del jardín trasero.
En realidad si te alejas lo suficiente en dirección a la carretera sí es posible ver el reloj, pero claro a bastante distancia. Creo que por 2€ no merece la pena dejarse la vista, ya que por ese precio no sólo podrás ver el reloj de cerca, sino que también podrás ver sus entrañas y conocer la historia del mismo contada por su dueña, aunque en inglés. Incluso podrán comprar un precioso reloj de cuco dentro del mega-reloj, pero no se preocupen que los que están a la venta son de tamaño estandar jeje.
De todas formas tened en cuenta que cierran muy pronto (a las 18:00h), cosa que yo sabía, y también cierran los lunes, cosa que yo no sabía, así que estaba cerrado cuando llegamos por lo que no pudimos verlo por dentro y tuvimos que tirar de picaresca para poder al menos verlo por fuera.....en fin...
En el jardín también pudimos ver este curioso banco adornado por lo que parece ser una "cesta de cerezas rojas" gigante..como no podría se de otro modo en este lugar...
Se trata del Bollenhut, es decir, el sombrero típico del traje regional femenino que se ha convertido en otro de los símbolos del esta región alemana, de hecho es el que usan en la web oficial de turismo. Como curiosidad os diré que se trata de un sombrero de paja con 14 borlas o pompones de lana y que pesa un kilo y medio, siendo los pompones de color rojo cuando la mujer que lo usa está soltera y de color negro cuando está casada...que pillines estos alemanes, como se ahorran tiempo a la hora de ligar.
Pero volviendo a los relojes, os comentaba que el reloj de Schonach fue el primer gigante, pero que ya no ostentaba el record puesto que le fue arrebatado por otro reloj de cuco que se construyó en el año 1.994 a tan sólo 4 kilómetros, el reloj de Eble Uhren-park
Este reloj de cuco sí que es oficialmente el más grande del mundo según el libro de los Record Guinness, y lo bueno es que como está en la fachada de una tienda se puede ver de forma gratuita, aunque si quieren ver su enorme mecanismo hay que pagar una pequeña tarifa de 2€...cosa que tampoco pudimos hacer nosotros ya que ¿adivinan?...pues sí, estaba cerrado...Para colmo hacía un frío de mil demonios y mi cámara de foto decidió de forma unilateral y sin consultar, que con ese frío no trabajaba, así que comenzó a desenfoncar todas las fotos y, a pesar de que estuve un buen rato intentando arreglarla, al final sólo pude hacer esta foto medio en condiciones.
En fin, el relojito realizado por los maestros relojeros Ewald y Ralf Eble mide 4,5 metros de alto y 4,5 metros de largo con un péndulo que alcanza los 8 metros, por lo que es sensiblemente más grande que el anterior.
Esta es la vista trasera de la tienda donde hay unos parking gratuitos para ver el reloj y poder comprar.
Por supuesto la tienda vende, como no podría ser de otra forma, relojes de cuco de mil tamaños, formas y precios, siendo el reloj gigante un reclamo turístico para atraer a los curiosos como un servidor.
Por cierto que esa idea de poner el producto que vendes en plan gigante en la fachada parece que ha cogido fuerza en la zona....¿adivinan que venden en esta otra tienda?
No sé si será el más grande del mundo, pero no me gustaría ver lo que se pueda echar ahí dentro jejeje...
Volviendo mejor a los relojes gigantes, deciros que son obras maestras ya que cada una de sus piezas tuvo que ser realizada a medida al no poder usar piezas en serie, por no hablar de los problemas técnicos que se encontraron ambos proyectos. Por ello no es de extrañar que Josef Dold tardara 3 años en terminar el suyo y que Ewald y Ralf tardaran 5 años.
Llegados a este punto podríamos preguntarnos ¿por qué existe tanta tradición relojera en esta zona de Alemania?, mucha gente piensa que los relojes de cuco son originarios de Suiza, sin embargo no se sabe a ciencia cierta ni dónde, ni cuándo ni quién los inventó. Existe una leyenda que dice que el inventor de los relojes de cuco fue un tal Franz Ketterer, un relojero de la Selva Negra que en 1.730 inventó los famosos relojes del pajarito, sin embargo esta leyenda es falsa dado que Franz Ketterer, que sí que existió realmente y que sin duda fue uno de los primeros que colaboró en el desarrollo de estas pequeñas maravillas, nació en 1.734 y además se sabe de la existencia de relojes de cuco mucho antes de que aparecieran en esta región.
Pero a pesar de que su origen no sea del suroeste alemán, lo cierto es que el reloj de cuco tal y como lo conocemos hoy en día fue desarrollado por los artesanos de la Selva Negra, fueron ellos los que desarrollaron la industria, su diseño moderno y han ido mejorando el mecanismo desde finales del siglo XVII. Por eso existen decenas de empresas artesanas en la Selva Negra dedicadas a su fabricación y venta mientras que en Suiza sólo existe un fabricante.
Muchas de estas empresas artesanales y tiendas de relojes están en Triberg, y de todas ellas está os llamará especialmente la atención por su curiosa fachada....
...está claro que las tiendas de la zona se han preocupado de llamar la atención de los turistas porque la que no pone un chisme gigante, adorna la entrada con un auténtico cortylandia en miniatura compuesto por una familia de osos.
La familia Tribär, que así se llaman estos ositos, dan la bienvenida a todos aquellos clientes que quieran entrar a tienda, y cada cuarto de hora el papa oso, que debe tener el brazo como la zurda de Nadal, sube y baja continuamente una cuerda para vigilar que todo vaya bien, la mamá oso se queda en casa saludado a su esposo cuando se va de viaje (sí, son una familia algo viejuna), el abuelo oso se queda en casa ensamblando los relojes de cuco de la Selva Negra, y la pequeña se balancea divertida y despreocupada.
Y como no podría se otra forma, cada hora aparece cantando el Cuco atravesando la ventana verde.
Si finalmente se animan a entrar, encontrarán los típicos souvenirs que hay en todos estos negocios, y por supuesto muchos relojes de cuco, no sé si llegarán a los mil, pero hay para todos los gustos, tamaños y precios...sabiendo eso sí que son artículos artesanales y por lo tanto muy caros....
...de hecho yo tuve un gran problema en esta tienda....y es que mi peque de dos años y medio se lanzaba como una posesa a tocar todos esos "juguetes" que se movían y hacían ruido justo delante de sus manitas...
Por suerte, parece ser que no fuí el primero que entraba en esta tienda con un miniterminator de carísimos relojes de cuco, y por eso en la tienda tenían uno especialmente dedicado a los más pequeños de la casa....todo un acierto....
...aunque recuerdo que aun así el reloj de muestra acabó con alguna pieza menos....
Por suerte para mí la peque no se acercó a este otro reloj de cuco...
...ya que se trata del Reloj de cuco más exclusivo del Mundo...con sus 617 piedras Swarovski, sus dos osos de oro de 24 kilates, su panda tallado de Swarovski y sus mas de 215 horas de tallado hacen que este reloj alcance la friolera de 22.900€...¡mírame pero no me toques!
En fin, en Triberg y alrededores no sólo están los relojes de cuco más grandes y los más exclusivo...también tienen el reloj de cuco más pequeño del mundo...aunque por desgracia yo no llegué a verlo, y no¡, no es que sea tan pequeño que no se pueda ver jajaja, es que simplemente no llegué a acercarme al taller ya que estábamos cansado de tanto mirar la hora y decidimos conocer el otro de los grandes reclamos del pueblo en particular y de toda esta región en general....su famosa y exquisita Tarta de la Selva Negra
El nombre en alemán de la tarta es "Schwarzwälder Kirschtorte", que viene a significar torta de cerezas de la Selva Negra.
La tarta esta formada por varias capas de bizcochos de chocolates borrachos con Kirsch, que es fuerte licor de cerezas típico de la Selva Negra y que también se usa mucho para las fondue de quesos. Entre las capas de bizcocho ponen capas de crema chantillí y de crema de cerezas, y finalmente lo rematan todo con virutas de chocolate y unas cerezas que son la "guinda del pastel".
Esta tarta alcanzó gran popularidad en los años 30 y poco a poco se ha convertido en uno de los postres más populares de toda Alemania...¡incluso cuenta con un festival dedicado a esta tarta, por supuesto en la Selva Negra!
Al igual que ocurre con los relojes de cuco, no se sabe a ciencia cierta quién o cuando se inventó este famoso postre, incluso existe una leyenda que dice que es un postre Persa, sin embargo fue el confitero Josef Keller quién se atribuyó tal azaña en 1.915 cuando aseguró ser el inventó del postre. Pues bien, en Triberg aun perdura un local donde afirman servir la auténtica tarta Selva Negra con la receta original de Josef Keller...
...según los Schäfer, Josef Keller, quien por cierto inventó la tarta en Bad Godesberg (Bonn) a más de 400 kilómetros de la Selva Negra, pasó la receta a su aprendiz August Schäfer en 1.929, quién al volver a Triberg trajo consigo el recetario original de Keller y abrió esta cafetería que aun regenta la familia.
Realidad o no, lo cierto es que en la cafetería encontramos más lugareños que turistas y por supuesto la tarta estaba realmente buena.
Por cierto, es probable que se pregunten por qué la llaman tarta de la Selva Negra si parece que su origen esta bien lejos de esta región, la respuesta es por el Kirsch, es muy importante que la tarta contenga este licor de cerezas ya que según la ley alemana...sino tiene Kirsch no es una auténtica Schwarzwälder Kirschotorte, y el Kirsch sí que es autóctono de la Selva Negra.
Existen variedades donde el Kirsch se cambia por ron o por otro licor (incluso sin alcohol), como las tartas Selva Negra de Austria o Italia, sin embargo en Alemania esto no es posible.
Por último, para rebajar la tarta, os diré que muy cerca de la Cafetería Schäfer encontramos un local con una exposición de maquetas con movimientos. Triberg-Land, que así se llama la exposición, tiene un coste de unos 2,5€ y aproximadamente 10 grandes maquetas.
Prácticamente todas las maquetas cuentan con botones que accionan algún vehículo o atracción, y algunas de escenas representan lugares que ya habíamos conocido...como el viaducto Ravennaschlucht...
o por ejemplo el "Erste Weltgrösste Kuchucksuhr"...
En definitiva una buena forma para ver Triberg cuando hace tan mal tiempo que incluso cierran las cascadas.
Os dejo con un mapa con todos los lugares comentado en la entrada.
Auf wiedersehen!!!!
Sin duda un post muy completo.
ResponderEliminarAndaba celebrando con mis daddys, y la verdad es que unos relojes marea son los que andaba buscando, pero esta muy bien, gracias!
Viajar a destinos con nieve es una aventura mágica. Esquiar y hacer muñecos de nieve son experiencias inolvidables que nos conectan con la naturaleza y nos llenan de alegría.
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