Llegando la época de adviento muchos pueblos germanos se llenan de mercadillos navideños que hacen las delicias de todos aquellos que los visitan, sobre todo de aquellos que no estamos acostumbrados a ellos.
Lo que hace especial a este mercadillo de nombre impronunciable es su ubicación ya que, a diferencia de lo que suele ser habitual, el mercadillo navideño de Ravennaschlucht no está situado en una céntrica plaza de una ciudad o pueblo norteño, sino que está ubicado en mitad de una garganta natural formada por el río Ravenna en el conocido como "Valle del Infierno". Por tanto se trata de un mercadillo navideño situado en plena naturaleza (o casi) lo que le da más autenticidad.
Además el mercadillo se monta a los pies del espectacular viaducto de Ravenna, una mole de piedra de 220 metros de largo por 36 metros de altura por el que circula el llamado "tren del infierno" y que, en llegando la oscuridad iluminan de colores vivos (rojos, azules, verdes..) para crear un ambiente realmente mágico...
Pues bien, la zona de la Selva Negra no es una excepción, y de hecho aquí se encuentra uno de los mercadillos de Navidad más bonito y curioso de toda Alemania, el mercadillo navideño de Ravennaschlucht.
Lo que hace especial a este mercadillo de nombre impronunciable es su ubicación ya que, a diferencia de lo que suele ser habitual, el mercadillo navideño de Ravennaschlucht no está situado en una céntrica plaza de una ciudad o pueblo norteño, sino que está ubicado en mitad de una garganta natural formada por el río Ravenna en el conocido como "Valle del Infierno". Por tanto se trata de un mercadillo navideño situado en plena naturaleza (o casi) lo que le da más autenticidad.
Además el mercadillo se monta a los pies del espectacular viaducto de Ravenna, una mole de piedra de 220 metros de largo por 36 metros de altura por el que circula el llamado "tren del infierno" y que, en llegando la oscuridad iluminan de colores vivos (rojos, azules, verdes..) para crear un ambiente realmente mágico...
Antes de continuar con nuestra visita por el mercadillo es importante conocer estos puntos, el primero es que este mercadillo sólo se puede disfrutar durante los cuatros fines de semana de adviento, lo abren sólo los viernes, sábados y domingos como muy tarde hasta las 21:00h de la noche, lo que hace que sea más exclusivo que otros mercadillos.
También es importante saber que si vienen en coche deben reservar sitio en el parking habilitado a través de su página web, tengan en cuenta que el precio del ticket del aparcamiento (4€ para el 2018) no incluye la entrada al mercadillo que cuesta actualmente 3€ los viernes y 4€ los sábados y domingos, y que se adquiere en estas casetas situada entre los aparcamientos y el viaducto.
Junto a las casetas de venta de entradas, antes de entrar en el mercadillo, os llamarán la atención varios edificios del complejo que se conoce como la "Aldea de la Selva Negra", y entre los edificios que lo componen, que incluye una capilla y un gran reloj de cuco típico de esa zona, destaca especialmente este...
Se trata del Hofgut Sternen, un precioso hotel de montaña que además cuenta con más de 700 años de historia entre sus paredes y que comenzó su existencia como un establo medieval para caballos. Por aquel entonces aquí solo existía un peligroso camino que se usaba para transportar carruajes cargados de mercancías y pasajeros de un lado a otro por los bosques de la Selva Negra, pero precisamente en este punto comienza una empinada escalada que obligaba a los viajero a descansar sus monturas para poder afrontar el sobreesfuerzo y en muchas ocasiones necesitaban recurrir a más caballos "de potencia".
Por este motivo, y también porque se decidió mejorar las comunicaciones de la región con nuevas carreteras más seguras y más tarde por el ferrocarril, no tardaron en aparecer establos y posadas en este punto para alojar a comerciantes y trabajadores. Y precisamente una de esas posadas-establos fue el Hotgut Sternen que ha sobrevivido hasta nuestros días, aunque para este Hotel de 4 estrellas lejos quedaron sus días de posada.
Por este lugar de descanso han pasado numerosos personajes ilustres entre los que destaca Maria Antonieta en el 1770 y cuya visita se recuerda en la fachada del hotel..
Por supuesto que no viajaba sola camino a París, sino que la acompañaban una escolta de 36 carruajes y 450 caballos. Goethe fue otro de los ilustres invitados del Hofgut Sternen y en su honor una de las casas de la Aldea lleva su nombre, y también se alojó en la posada el mismísimo Napoleón III.
Dejando de lado el pueblo, una vez comprado las entradas ponemos rumbo a los pies del viaducto para adentrarnos en el mercadillo de Ravvenaschlucht.
El mercadillo lo conforman aproximadamente 40 puestos de madera como no podría ser de otro modo, con diferentes tipos de comidas tradicionales y bebidas calientes así como productos de artesanía. La disposición de los puestos es en forma de U en un lado del viaducto y de II por el otro, pero la mejor forma de hacerse una idea de la composición del mercado es subir una pequeña colina que está justo al lado de la entrada.
Sería esta que pueden ver en la siguiente foto, donde si se fijan podrán ver a varias personas en la cima...
LLegados a este punto he de advertirles que como ya saben la visita se realiza en época de adviento, que estamos en plena naturaleza sin grandes edificios a nuestro alrededor que corten el viento, que además nos encontramos en un valle profundo que es en realidad un valle glaciar, y que estamos a casi 1.000 metros de altitud ...es decir....que puede hacer un frío de mil demonios si se juntan nieve y viento...y esa fueron las condiciones que nos encontramos durante nuestra visita.
Seguramente para nuestros amigos germanos no fuera para tanto, pero para unos extremeños-sevillanos cuya ropa de invierno consistía en "ropa gorda" del Decathlón no tardamos en averiguar por qué los franceses cambiaron el antiguo nombre del valle al de "valle del infierno"....blanco añadiría yo.
El caso es que nuestros zapatos iban a juego con nuestra ropa de invierno y eso significaba que a la mínima plaquita de hielo teníamos garantizado un bonito resbalón. Esto lo descubrí a los pocos metros de intentar subir la mencionada colina ...todavía me duele el culazo que pegué contra el suelo dado que, como mi intención era sacar la típica foto, llevaba mi cámara en la mano y no pude usarlas para frenar el tortazo. Por cabezonería lo volví a intentar una segunda vez, pero no había recorrido ni 5 metros y volví a besar el suelo...en ese punto decidí abortar la misión y volver al mercadillo sin la foto pero todavía con todos los dientes.
Por suerte el mercadillo es plano y en el suelo esparcen sal y grava por lo que no hay peligro de resbalones, además cuando empiezan a bajar la temperatura encienden enormes hogueras repartidas por varios puntos y que deben ser lo más parecido a encontrarse un oasis por el desierto...Me llamó la atención este fuego...
...que utiliza la técnica de la llamada "antorcha sueca" y permite crear un fuego que dure varias horas de un sólo tronco aun cuando las condiciones climatológicas sean adversas. Lo malo es que se necesita una motosierra para hacer los cortes en estrella que permitan la lenta combustión del tronco, aunque creo que estas latitudes eso no es un problema.
Aparte de para calentar, las fogatas también se aprovechan para cocinar...
...así que algunas veces costaba hacerse un hueco para calentarse, por eso cuando lo logramos ya siempre se quedaba uno del grupo mientras los demás visitaban el mercadillo.
Y por supuesto los primeros puestos que visitamos fueron los de comidas calientes que tanto necesitábamos. Ravennaschlucht cuenta varios puestos de comidas donde abundan como no podría ser de otra forma las salchichas, las carnes, los quesos que fundían en unas planchas horizontales justo antes de echarlo sobre el pan caliente...
Yo me decidí por una especie de tortillas que resultaron pensaba serían de patata pero resultó ser de coliflor y que se servían acompañadas por una salsa de yogurt. Para beber por supuesto pedimos el famoso vino caliente navideño glühwein que no vea lo bien que entra a esas temperaturas.
Como curiosidad no sólo de Ravennaschlucht sino también de la mayoría de mercadillos navideños alemanes, el glühwein te lo sirven en unos vasos temáticos del mercadillo que se visita.
Estos vasos no te los regalan, sino que se cobran en torno a 1 o 2 euros como fianza que después se recupera cuando devuelvas el vaso. Como ya se imaginarán nos quedamos con algunos de ellos como recuerdos del viaje.
De postre nos fuimos derechos a los puestos que servían crepes porque tenían un pintón de aupa. Los crepes son originarios de Francia, pero la Selva Negra está muy cerca de la frontera con el país galo y de hecho esta frontera se ha ido moviendo a lo largo de la historia, por lo que estos crepes no tienen nada que envidiar a los del país vecino.
Por cierto, en unos de estos puestos nos encontramos un detalle que nos gustó mucho, una pequeña sillita- mirador para que los más pequeñines pudieran asomarse y contemplar las delicias del puesto...
Los mercadillos navideños suelen estar muy orientados a los más pequeños de la casa y la verdad es que no tiene precio ver sus caras de ilusión cuando se suben a esta silla sabedores de que les espera una rica golosina. Aunque para caritas de felicidad las que se les queda a los peques con el protagonista del puesto que da la bienvenida al mercadillo...
...se trata del mismísimo Papa Noel quien se hace fotos y recoge en persona las cartas de los niños..esto para ellos es insuperable.
Otro lugar del mercadillo que también encanta a los más peques y a los mayores es el inicio-final de camino de la garganta de Ravenna. Esta ruta que se adentra en el oscuro bosque durante 4 empinados kilómetros dirección Hinterzarte está adornado en algunos tramos cercanos al mercadillo con luces y figuras de cartón de elfos, gnomos, duendes y otros seres mágicos del bosques..
La ruta sigue el curso del río Ravenna, atravesando en algunos tramos un fuerte desnivel, numerosos puentes, escaleras, cascadas, molinos, etc... es decir una auténtica maravilla de la Selva Negra.
Nosotros sin embargo nos tuvimos que conformar con recorrer un pequeño tramo del mismo ya que no teníamos el equipamiento necesario ni tampoco un guía adecuado, y puesto que no hemos visto suficientes programas de supervivencia de esos tan de moda en la tele jejeje preferimos no arriesgarnos y volver a la seguridad y confort de las hogueras...(como me acuerdo de Bilbo Bolson..)
No obstante, si desean hacer la ruta lo mejor es que contraten la "Caminata con Antorchas" que salen desde Hinterzarte y que tras una hora y media de recorrido nocturno con guías expertos, alcanza el punto culminante en el mercadillo. Pueden contratarlo por unos 20 euros por persona en esta página. La vuelta se hace en autobus, que por cierto es gratuito para todos los asistente a Ravennaschlucht.
Ya de vuelta al mercadillo volvemos a disfrutar del entorno donde destaca el gran árbol de Navidad situado en el centro...
También, de vez en cuando podrán ver el "tren del infierno" cruzando el viaducto de Ravenna rumbo a Friburgo o Titisee para añadir aun más magia al ambiente gélido, pero también cargado de color, olores deliciosos y música navideña.
A pesar del frío, de la gente y de la dificultad del acceso yo creo que merece la pena y mucho pasar un rato en este paraje, les aseguro que lo recordaran por mucho tiempo, así que ya saben, si viajan a la Selva Negra en invierno no duden en reservar unas horas a Reavennaschlucht...no se arrepentirán.
Les dejo con su ubicación.
Auf widersehen¡¡¡
También es importante saber que si vienen en coche deben reservar sitio en el parking habilitado a través de su página web, tengan en cuenta que el precio del ticket del aparcamiento (4€ para el 2018) no incluye la entrada al mercadillo que cuesta actualmente 3€ los viernes y 4€ los sábados y domingos, y que se adquiere en estas casetas situada entre los aparcamientos y el viaducto.
Junto a las casetas de venta de entradas, antes de entrar en el mercadillo, os llamarán la atención varios edificios del complejo que se conoce como la "Aldea de la Selva Negra", y entre los edificios que lo componen, que incluye una capilla y un gran reloj de cuco típico de esa zona, destaca especialmente este...
Se trata del Hofgut Sternen, un precioso hotel de montaña que además cuenta con más de 700 años de historia entre sus paredes y que comenzó su existencia como un establo medieval para caballos. Por aquel entonces aquí solo existía un peligroso camino que se usaba para transportar carruajes cargados de mercancías y pasajeros de un lado a otro por los bosques de la Selva Negra, pero precisamente en este punto comienza una empinada escalada que obligaba a los viajero a descansar sus monturas para poder afrontar el sobreesfuerzo y en muchas ocasiones necesitaban recurrir a más caballos "de potencia".
Por este motivo, y también porque se decidió mejorar las comunicaciones de la región con nuevas carreteras más seguras y más tarde por el ferrocarril, no tardaron en aparecer establos y posadas en este punto para alojar a comerciantes y trabajadores. Y precisamente una de esas posadas-establos fue el Hotgut Sternen que ha sobrevivido hasta nuestros días, aunque para este Hotel de 4 estrellas lejos quedaron sus días de posada.
Por este lugar de descanso han pasado numerosos personajes ilustres entre los que destaca Maria Antonieta en el 1770 y cuya visita se recuerda en la fachada del hotel..
Por supuesto que no viajaba sola camino a París, sino que la acompañaban una escolta de 36 carruajes y 450 caballos. Goethe fue otro de los ilustres invitados del Hofgut Sternen y en su honor una de las casas de la Aldea lleva su nombre, y también se alojó en la posada el mismísimo Napoleón III.
Dejando de lado el pueblo, una vez comprado las entradas ponemos rumbo a los pies del viaducto para adentrarnos en el mercadillo de Ravvenaschlucht.
El mercadillo lo conforman aproximadamente 40 puestos de madera como no podría ser de otro modo, con diferentes tipos de comidas tradicionales y bebidas calientes así como productos de artesanía. La disposición de los puestos es en forma de U en un lado del viaducto y de II por el otro, pero la mejor forma de hacerse una idea de la composición del mercado es subir una pequeña colina que está justo al lado de la entrada.
Sería esta que pueden ver en la siguiente foto, donde si se fijan podrán ver a varias personas en la cima...
LLegados a este punto he de advertirles que como ya saben la visita se realiza en época de adviento, que estamos en plena naturaleza sin grandes edificios a nuestro alrededor que corten el viento, que además nos encontramos en un valle profundo que es en realidad un valle glaciar, y que estamos a casi 1.000 metros de altitud ...es decir....que puede hacer un frío de mil demonios si se juntan nieve y viento...y esa fueron las condiciones que nos encontramos durante nuestra visita.
Seguramente para nuestros amigos germanos no fuera para tanto, pero para unos extremeños-sevillanos cuya ropa de invierno consistía en "ropa gorda" del Decathlón no tardamos en averiguar por qué los franceses cambiaron el antiguo nombre del valle al de "valle del infierno"....blanco añadiría yo.
El caso es que nuestros zapatos iban a juego con nuestra ropa de invierno y eso significaba que a la mínima plaquita de hielo teníamos garantizado un bonito resbalón. Esto lo descubrí a los pocos metros de intentar subir la mencionada colina ...todavía me duele el culazo que pegué contra el suelo dado que, como mi intención era sacar la típica foto, llevaba mi cámara en la mano y no pude usarlas para frenar el tortazo. Por cabezonería lo volví a intentar una segunda vez, pero no había recorrido ni 5 metros y volví a besar el suelo...en ese punto decidí abortar la misión y volver al mercadillo sin la foto pero todavía con todos los dientes.
Por suerte el mercadillo es plano y en el suelo esparcen sal y grava por lo que no hay peligro de resbalones, además cuando empiezan a bajar la temperatura encienden enormes hogueras repartidas por varios puntos y que deben ser lo más parecido a encontrarse un oasis por el desierto...Me llamó la atención este fuego...
...que utiliza la técnica de la llamada "antorcha sueca" y permite crear un fuego que dure varias horas de un sólo tronco aun cuando las condiciones climatológicas sean adversas. Lo malo es que se necesita una motosierra para hacer los cortes en estrella que permitan la lenta combustión del tronco, aunque creo que estas latitudes eso no es un problema.
Aparte de para calentar, las fogatas también se aprovechan para cocinar...
...así que algunas veces costaba hacerse un hueco para calentarse, por eso cuando lo logramos ya siempre se quedaba uno del grupo mientras los demás visitaban el mercadillo.
Y por supuesto los primeros puestos que visitamos fueron los de comidas calientes que tanto necesitábamos. Ravennaschlucht cuenta varios puestos de comidas donde abundan como no podría ser de otra forma las salchichas, las carnes, los quesos que fundían en unas planchas horizontales justo antes de echarlo sobre el pan caliente...
Yo me decidí por una especie de tortillas que resultaron pensaba serían de patata pero resultó ser de coliflor y que se servían acompañadas por una salsa de yogurt. Para beber por supuesto pedimos el famoso vino caliente navideño glühwein que no vea lo bien que entra a esas temperaturas.
Como curiosidad no sólo de Ravennaschlucht sino también de la mayoría de mercadillos navideños alemanes, el glühwein te lo sirven en unos vasos temáticos del mercadillo que se visita.
Estos vasos no te los regalan, sino que se cobran en torno a 1 o 2 euros como fianza que después se recupera cuando devuelvas el vaso. Como ya se imaginarán nos quedamos con algunos de ellos como recuerdos del viaje.
De postre nos fuimos derechos a los puestos que servían crepes porque tenían un pintón de aupa. Los crepes son originarios de Francia, pero la Selva Negra está muy cerca de la frontera con el país galo y de hecho esta frontera se ha ido moviendo a lo largo de la historia, por lo que estos crepes no tienen nada que envidiar a los del país vecino.
Por cierto, en unos de estos puestos nos encontramos un detalle que nos gustó mucho, una pequeña sillita- mirador para que los más pequeñines pudieran asomarse y contemplar las delicias del puesto...
Los mercadillos navideños suelen estar muy orientados a los más pequeños de la casa y la verdad es que no tiene precio ver sus caras de ilusión cuando se suben a esta silla sabedores de que les espera una rica golosina. Aunque para caritas de felicidad las que se les queda a los peques con el protagonista del puesto que da la bienvenida al mercadillo...
...se trata del mismísimo Papa Noel quien se hace fotos y recoge en persona las cartas de los niños..esto para ellos es insuperable.
Otro lugar del mercadillo que también encanta a los más peques y a los mayores es el inicio-final de camino de la garganta de Ravenna. Esta ruta que se adentra en el oscuro bosque durante 4 empinados kilómetros dirección Hinterzarte está adornado en algunos tramos cercanos al mercadillo con luces y figuras de cartón de elfos, gnomos, duendes y otros seres mágicos del bosques..
La ruta sigue el curso del río Ravenna, atravesando en algunos tramos un fuerte desnivel, numerosos puentes, escaleras, cascadas, molinos, etc... es decir una auténtica maravilla de la Selva Negra.
Nosotros sin embargo nos tuvimos que conformar con recorrer un pequeño tramo del mismo ya que no teníamos el equipamiento necesario ni tampoco un guía adecuado, y puesto que no hemos visto suficientes programas de supervivencia de esos tan de moda en la tele jejeje preferimos no arriesgarnos y volver a la seguridad y confort de las hogueras...(como me acuerdo de Bilbo Bolson..)
No obstante, si desean hacer la ruta lo mejor es que contraten la "Caminata con Antorchas" que salen desde Hinterzarte y que tras una hora y media de recorrido nocturno con guías expertos, alcanza el punto culminante en el mercadillo. Pueden contratarlo por unos 20 euros por persona en esta página. La vuelta se hace en autobus, que por cierto es gratuito para todos los asistente a Ravennaschlucht.
Ya de vuelta al mercadillo volvemos a disfrutar del entorno donde destaca el gran árbol de Navidad situado en el centro...
También, de vez en cuando podrán ver el "tren del infierno" cruzando el viaducto de Ravenna rumbo a Friburgo o Titisee para añadir aun más magia al ambiente gélido, pero también cargado de color, olores deliciosos y música navideña.
A pesar del frío, de la gente y de la dificultad del acceso yo creo que merece la pena y mucho pasar un rato en este paraje, les aseguro que lo recordaran por mucho tiempo, así que ya saben, si viajan a la Selva Negra en invierno no duden en reservar unas horas a Reavennaschlucht...no se arrepentirán.
Les dejo con su ubicación.
Auf widersehen¡¡¡
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