Cuando estaba preparando mi visita a Eguisheim, uno de los pueblos más bonitos de Francia, no paraba de leer frases como "...parece un pueblo sacado de un cuento", "...es como viajar a la Edad Media" o "...es un decorado de película", y lo cierto es que lo es ¿han visto la película de Disney la Bella y la Bestia? pues el pueblo de Bella está inspirado en los pueblos medievales de la Alsacia francesa, entre ellos Eguisheim.
Otras de las frases que leía con bastante frecuencia era "...si es bonito en verano ¿cómo debe ser en Navidad?", pues bien, como nosotros también nos lo preguntamos, decidimos visitar el pueblo en esa fecha... y esto fue lo que nos encontramos...
...un pueblo precioso, perfectamente decorado al estilo francés y que invita a pasear sin prisas por un entorno de ensueño, ¿me acompañan a dar una vuelta?...
Eguisheim está situado en el Alto Rin, un departamento de la región de Alsacia que se encuadra en el noroeste francés, prácticamente en la frontera con Alemania y que es conocido en todo el mundo por la belleza de sus pueblos..."que parecen salidos de un cuento de los Hermanos Grimm".
Si les soy sincero, es muy difícil escoger uno como el más bonito (aunque los propios franceses escogieron este pueblo como el más bello del país en el año 2013), pero Eguisheim cuenta con una particularidad única en la zona... su calles curvas prácticamente sin ninguna recta, así que en este post les propongo un recorrido sin salir siquiera de una de sus calles, la Rue du Rempart, aunque ya verán todo lo que da de sí esta calle "infinita"....
Pero antes de eso comencemos con un poco de historia, corría el siglo IV cuando los romanos observaron que estas tierras eran extraordinarias para el cultivo de la vid, así que ni cortos ni perezosos robaron el terreno a los Celtas y construyeron un típico Castrum romano cuya forma redondeada se ha mantenido hasta nuestros días. Eguisheim no se amuralló pensando en un departamento militar, sino para proteger las riquezas proveniente de la agricultura y sobre todo del vino.
No tuvieron mal ojo los romanos, al fin y al cabo hoy en día es de sobras conocida la fama de los caldos de la Alsacia, pero hay que recordad que todo empezó en Eguisheim gracias a ellos, así que quizás no estuviesen tan locos como decía Obelix.
En fin, al pueblo no se puede acceder en coche por lo que tienen que dejarlo aparcado en alguno de los parking que están a las afueras. Nosotros lo dejamos en el parking Mairie que está prácticamente a 3 minutos del pueblo y es muy espacioso, aunque al ser en su mayor parte de tierra os podéis encontrar barro en caso de lluvia (que fue lo que nos pasó a nosotros).
Una vez dentro de lo que es el pueblo, enseguida encontrarán la Oficina de turismo donde podrán obtener un mapa para poder hacer llamada "la ronda de Eguisheim", un recorrido que pasa por los principales puntos atractivos que ofrece el lugar y que viene a ser el tramo marcado con línea amarilla que pueden ver en la foto de arriba.
Como les decía antes, en esta entrada no voy a salir de la calle Rue du Rempart que es la que bordea todo el pueblo dejando la visita del interior para el una próxima entrada, así que sin más demora empecemos nuestro recorrido siendo la primera parada precisamente uno de los punto más conocido del pueblo...
Si vienen a Eguisheim tienen que hacerse esta foto casi de forma obligada ya que es la típica postal del pueblo, un cruce de caminos empedrados rodeados por las típicas casas de colores con vigas de maderas entrecruzadas y en el centro una estrecha casita que tiene un encanto particular con su escalera de madera, decorada en estas fechas y acabada en un techo de punta ....en resumen, un rinconcito mágico
Continuando por la ronda marcada en el mapa, nos adentramos más en la "curva infinita" de la Rue du Rempart que rodea completamente la villa y que se divide en zona Norte y Sur, y en seguida quedamos enamorados del entorno..
Las casitas que vemos son los antiguos hogares de los viticultores y granjeros de Eguisheim, pero hoy en día su aspecto es muy diferente al que tenía en el siglo XV.
Para empezar antiguamente la primera planta de las casas eran de piedra (no en vano estaban adosadas a la antigua muralla) y sobre la misma se construía un marco de madera mas liviano que ejercía de armazón para la segunda planta, similar al que podemos ver hoy en día pero eso sí, nada de ventanas, en caso de tenerlas muy pequeñas y por supuesto nada de colores. Lo curioso es que si deciden callejear un poco fuera del recorrido más turístico podrán encontrar zonas muy parecidas al Eguisheim de otros siglos...
Fue a partir del siglo XVII cuando agrandaron las ventanas, añadieron en la segunda planta entramados de madera de adorno (no sólo como pilares estructurales como hasta entonces) y dieron colores pasteles a las fachadas, pero eso sí, sólo los ricos podían permitírselo por lo que era un signo de distinción social.
Durante los siglos XIX y XX se puso de moda cubrir por completo la fachada de cemento logrando así un mayor aislamiento interior de las casas, pero por suerte para nosotros, en las últimas décadas volvieron a dejar a la vista las maderas. Además con la llegada y abaratamiento de las pinturas y toda la gama de colores que hay en la actualidad, el pueblo se convirtió en una verdadera paleta de pintor...
Relacionado con la pintura de las casas os contaré otra curiosidad, si se fijan bien en algunas maderas todavía se pueden ver unos pequeños palos de madera incrustados en los entramados.
El objetivo de estos clavos era evitar manchar las valiosas maderas cuando se pintaban las casas con brochas.
Continuando nuestro paseo por la Rue du Rempart, que significa la calle de la Muralla, descubrimos en uno de los carteles informativos del pueblo que en realidad el sistema defensivo de la villa no estaba compuesta por una muralla elíptica, sino por dos, y que fue en el siglo XVI cuando se crearon una doble hilera de casas de agricultores pegadas a las antiguas murallas.
En las siguientes fotos pueden apreciar la doble hilera de casas en el espacio anteriormente destinado a las murallas.
Continuando nuestro agradable paseo por la "curva infinita" vemos que la calle, por lo general bastante estrecha, llega por fin a una pequeña placita. Este ensanchamiento se debe a que acabamos de llegar a una de las antiguas puertas de entrada a la villa.
Eguisheim contaba con cuatro puertas situadas en cada extremo de la doble muralla que controlaban todo el acceso y salida del prospero pueblo y se ocupaban de cobrar el oportuno peaje. Dos de esas puertas estaban fortificadas, y mientras una daba acceso directo a los viñedos, la otra daba acceso a una importante ruta comercial que en su día fue una calzada romana.
Hoy en día en esta pequeña plaza podemos contemplar los restos de piedra de una de esas puertas que están adosadas las casas...
Pero lo mejor de la plaza es que estaba completamente decorada con ambiente navideño, contaba con unos bancos para sentarse y con algunos puestecillos de comida donde no pudimos resistir la tentación de comprar los típicos bretzel, ya saben, el típico bollo horneado con forma de lazo que son originales de la Babiera alemana pero que también son muy populares en la Alsacia francesa. No en vano este territorio ha cambiado muchas veces de soberanía en las disputas históricas entre ambos países.
La verdad es que en esos momentos, mientras disfrutábamos de nuestros bretzel acompañado de música ambiental navideña, poco nos importaba esas guerras que parecen tan distante en el tiempo (aunque en realidad la última y más devastadora de ellas fue "hace dos días")
Lo único que a nosotros realmente nos molestaba era el frío que hacía al que, como sureños que somos, no estábamos para nada preparados, por suerte para eso encontramos el remedio rápidamente y es que la plaza no sólo olía a bretzel, sino también a Glühwein o como lo llaman en Francia el Vin Chaud, es decir, el famoso vino caliente especiado que preparan de mil y una forma y que es tan popular en estos países durante la época de Adviento.
He de deciros que el vino efectivamente ayudaba a entrar en calor, pero su sabor extremadamente dulzón y caliente no fue del agrado de todos, nosotros eramos cuatro adultos y sólo nos gustó a dos. A pesar de eso, la compra de Vin Chaud es casi obligatoria ya que normalmente el vaso en que te lo sirven suele estar decorado y se suele convertir en un buen recuerdo del lugar...
Una vez recuperadas las fuerzas decidimos continuar nuestro paseo entrando ya en la zona Norte de la Rue du Rempart y de nuevo quedamos maravillados con las casitas y su decoraciones.
Pero las casa de Eguisheim no sólo son preciosas sino que también ocultan mucha información para aquellos que sepan leer sus códigos. Por ejemplo durante todo el paseo hemos visto unas extrañas inscripciones escritas en las maderas de algunas casas, una de las más bonitas nos la encontramos en esta casa situada al poco de dejar la plaza...
...la inscripción superior de la ventana dice algo parecido en alemán a "Komm Heiliger Geist und spender uns Trost", que significa algo así como "Ven Espíritud Santo y danos consuelo" y es que era tradición entre las nuevas parejas que inscribieran mensajes protectores dirigidos a Dios para que protegiera su nuevo hogar frente a la mala suerte y los temibles incendios, y de paso solicitar benevolencia y prosperidad.
En la parte inferior del marco se puede ver dentro de un círculo las iniciales IHS "Jesus Heiland Seligmacher" que significa "Jesús Salvador de los Hombres".
Pero algunas casa proporcionan todavía más información, por ejemplo muchas cuenta con escudos de piedra encima de las puertas. Estos escudos a veces consistían en una simple firma, pero en otras ocasiones recogían la fecha de construcción de la casa, las iniciales de los propietarios e incluso el gremio en el que trabaja el propietario mediante un sistema de símbolos codificados. Por ejemplo...
...En esta casa vivió un tal A. H. quien construyó la casa en el 1.599 y que, según su escudo formado por martillo y pinza fue tonelero, además la espada que cruza el escudo no indica que llegó a ser Maestro tonelero.
Este otro escudo de armas...
...perteneció a tu tal H. H. quien construyó esta casa en 1.671 siendo su profesión la de carnicero según el símbolo que luce que es una tabla de carnicero.
En fin, hay multitud de escudos por toda la villa y algunos son muy curiosos como por ejemplo este...
...que perteneció a los P.S. que construyeron la casa en 1.575 y que se dedicaban...¿a probar colchones? ¿a dormir por las noches?....bueno hay símbolos difíciles de identificar jajja
En resumen, no sé si en su recorrido por el pueblo se fijaran en los escudos de armas, en los colores de las casas o en las inscripciones en las ventanas y dinteles, pero en lo que sí estoy seguro que si visitan el pueblo en navidad se fijaran en las decoraciones de las casa y tiendas como esta...
...que por cierto la podrán encontrar sin salir de la Rue du Rempart, así que no les den más vuelta y si quieren disfrutar de una Navidad especial vengan a la Alsacia y no se olviden de este pueblo, les encantará.
Au revoir¡¡
Eguisheim está situado en el Alto Rin, un departamento de la región de Alsacia que se encuadra en el noroeste francés, prácticamente en la frontera con Alemania y que es conocido en todo el mundo por la belleza de sus pueblos..."que parecen salidos de un cuento de los Hermanos Grimm".
Si les soy sincero, es muy difícil escoger uno como el más bonito (aunque los propios franceses escogieron este pueblo como el más bello del país en el año 2013), pero Eguisheim cuenta con una particularidad única en la zona... su calles curvas prácticamente sin ninguna recta, así que en este post les propongo un recorrido sin salir siquiera de una de sus calles, la Rue du Rempart, aunque ya verán todo lo que da de sí esta calle "infinita"....
Pero antes de eso comencemos con un poco de historia, corría el siglo IV cuando los romanos observaron que estas tierras eran extraordinarias para el cultivo de la vid, así que ni cortos ni perezosos robaron el terreno a los Celtas y construyeron un típico Castrum romano cuya forma redondeada se ha mantenido hasta nuestros días. Eguisheim no se amuralló pensando en un departamento militar, sino para proteger las riquezas proveniente de la agricultura y sobre todo del vino.
No tuvieron mal ojo los romanos, al fin y al cabo hoy en día es de sobras conocida la fama de los caldos de la Alsacia, pero hay que recordad que todo empezó en Eguisheim gracias a ellos, así que quizás no estuviesen tan locos como decía Obelix.
En fin, al pueblo no se puede acceder en coche por lo que tienen que dejarlo aparcado en alguno de los parking que están a las afueras. Nosotros lo dejamos en el parking Mairie que está prácticamente a 3 minutos del pueblo y es muy espacioso, aunque al ser en su mayor parte de tierra os podéis encontrar barro en caso de lluvia (que fue lo que nos pasó a nosotros).
Una vez dentro de lo que es el pueblo, enseguida encontrarán la Oficina de turismo donde podrán obtener un mapa para poder hacer llamada "la ronda de Eguisheim", un recorrido que pasa por los principales puntos atractivos que ofrece el lugar y que viene a ser el tramo marcado con línea amarilla que pueden ver en la foto de arriba.
Como les decía antes, en esta entrada no voy a salir de la calle Rue du Rempart que es la que bordea todo el pueblo dejando la visita del interior para el una próxima entrada, así que sin más demora empecemos nuestro recorrido siendo la primera parada precisamente uno de los punto más conocido del pueblo...
Si vienen a Eguisheim tienen que hacerse esta foto casi de forma obligada ya que es la típica postal del pueblo, un cruce de caminos empedrados rodeados por las típicas casas de colores con vigas de maderas entrecruzadas y en el centro una estrecha casita que tiene un encanto particular con su escalera de madera, decorada en estas fechas y acabada en un techo de punta ....en resumen, un rinconcito mágico
Continuando por la ronda marcada en el mapa, nos adentramos más en la "curva infinita" de la Rue du Rempart que rodea completamente la villa y que se divide en zona Norte y Sur, y en seguida quedamos enamorados del entorno..
Las casitas que vemos son los antiguos hogares de los viticultores y granjeros de Eguisheim, pero hoy en día su aspecto es muy diferente al que tenía en el siglo XV.
Para empezar antiguamente la primera planta de las casas eran de piedra (no en vano estaban adosadas a la antigua muralla) y sobre la misma se construía un marco de madera mas liviano que ejercía de armazón para la segunda planta, similar al que podemos ver hoy en día pero eso sí, nada de ventanas, en caso de tenerlas muy pequeñas y por supuesto nada de colores. Lo curioso es que si deciden callejear un poco fuera del recorrido más turístico podrán encontrar zonas muy parecidas al Eguisheim de otros siglos...
Fue a partir del siglo XVII cuando agrandaron las ventanas, añadieron en la segunda planta entramados de madera de adorno (no sólo como pilares estructurales como hasta entonces) y dieron colores pasteles a las fachadas, pero eso sí, sólo los ricos podían permitírselo por lo que era un signo de distinción social.
Durante los siglos XIX y XX se puso de moda cubrir por completo la fachada de cemento logrando así un mayor aislamiento interior de las casas, pero por suerte para nosotros, en las últimas décadas volvieron a dejar a la vista las maderas. Además con la llegada y abaratamiento de las pinturas y toda la gama de colores que hay en la actualidad, el pueblo se convirtió en una verdadera paleta de pintor...
Relacionado con la pintura de las casas os contaré otra curiosidad, si se fijan bien en algunas maderas todavía se pueden ver unos pequeños palos de madera incrustados en los entramados.
El objetivo de estos clavos era evitar manchar las valiosas maderas cuando se pintaban las casas con brochas.
Continuando nuestro paseo por la Rue du Rempart, que significa la calle de la Muralla, descubrimos en uno de los carteles informativos del pueblo que en realidad el sistema defensivo de la villa no estaba compuesta por una muralla elíptica, sino por dos, y que fue en el siglo XVI cuando se crearon una doble hilera de casas de agricultores pegadas a las antiguas murallas.
En las siguientes fotos pueden apreciar la doble hilera de casas en el espacio anteriormente destinado a las murallas.
Continuando nuestro agradable paseo por la "curva infinita" vemos que la calle, por lo general bastante estrecha, llega por fin a una pequeña placita. Este ensanchamiento se debe a que acabamos de llegar a una de las antiguas puertas de entrada a la villa.
Eguisheim contaba con cuatro puertas situadas en cada extremo de la doble muralla que controlaban todo el acceso y salida del prospero pueblo y se ocupaban de cobrar el oportuno peaje. Dos de esas puertas estaban fortificadas, y mientras una daba acceso directo a los viñedos, la otra daba acceso a una importante ruta comercial que en su día fue una calzada romana.
Hoy en día en esta pequeña plaza podemos contemplar los restos de piedra de una de esas puertas que están adosadas las casas...
Pero lo mejor de la plaza es que estaba completamente decorada con ambiente navideño, contaba con unos bancos para sentarse y con algunos puestecillos de comida donde no pudimos resistir la tentación de comprar los típicos bretzel, ya saben, el típico bollo horneado con forma de lazo que son originales de la Babiera alemana pero que también son muy populares en la Alsacia francesa. No en vano este territorio ha cambiado muchas veces de soberanía en las disputas históricas entre ambos países.
La verdad es que en esos momentos, mientras disfrutábamos de nuestros bretzel acompañado de música ambiental navideña, poco nos importaba esas guerras que parecen tan distante en el tiempo (aunque en realidad la última y más devastadora de ellas fue "hace dos días")
Lo único que a nosotros realmente nos molestaba era el frío que hacía al que, como sureños que somos, no estábamos para nada preparados, por suerte para eso encontramos el remedio rápidamente y es que la plaza no sólo olía a bretzel, sino también a Glühwein o como lo llaman en Francia el Vin Chaud, es decir, el famoso vino caliente especiado que preparan de mil y una forma y que es tan popular en estos países durante la época de Adviento.
He de deciros que el vino efectivamente ayudaba a entrar en calor, pero su sabor extremadamente dulzón y caliente no fue del agrado de todos, nosotros eramos cuatro adultos y sólo nos gustó a dos. A pesar de eso, la compra de Vin Chaud es casi obligatoria ya que normalmente el vaso en que te lo sirven suele estar decorado y se suele convertir en un buen recuerdo del lugar...
Una vez recuperadas las fuerzas decidimos continuar nuestro paseo entrando ya en la zona Norte de la Rue du Rempart y de nuevo quedamos maravillados con las casitas y su decoraciones.
Pero las casa de Eguisheim no sólo son preciosas sino que también ocultan mucha información para aquellos que sepan leer sus códigos. Por ejemplo durante todo el paseo hemos visto unas extrañas inscripciones escritas en las maderas de algunas casas, una de las más bonitas nos la encontramos en esta casa situada al poco de dejar la plaza...
En la parte inferior del marco se puede ver dentro de un círculo las iniciales IHS "Jesus Heiland Seligmacher" que significa "Jesús Salvador de los Hombres".
Pero algunas casa proporcionan todavía más información, por ejemplo muchas cuenta con escudos de piedra encima de las puertas. Estos escudos a veces consistían en una simple firma, pero en otras ocasiones recogían la fecha de construcción de la casa, las iniciales de los propietarios e incluso el gremio en el que trabaja el propietario mediante un sistema de símbolos codificados. Por ejemplo...
...En esta casa vivió un tal A. H. quien construyó la casa en el 1.599 y que, según su escudo formado por martillo y pinza fue tonelero, además la espada que cruza el escudo no indica que llegó a ser Maestro tonelero.
Este otro escudo de armas...
...perteneció a tu tal H. H. quien construyó esta casa en 1.671 siendo su profesión la de carnicero según el símbolo que luce que es una tabla de carnicero.
En fin, hay multitud de escudos por toda la villa y algunos son muy curiosos como por ejemplo este...
...que perteneció a los P.S. que construyeron la casa en 1.575 y que se dedicaban...¿a probar colchones? ¿a dormir por las noches?....bueno hay símbolos difíciles de identificar jajja
En resumen, no sé si en su recorrido por el pueblo se fijaran en los escudos de armas, en los colores de las casas o en las inscripciones en las ventanas y dinteles, pero en lo que sí estoy seguro que si visitan el pueblo en navidad se fijaran en las decoraciones de las casa y tiendas como esta...
...que por cierto la podrán encontrar sin salir de la Rue du Rempart, así que no les den más vuelta y si quieren disfrutar de una Navidad especial vengan a la Alsacia y no se olviden de este pueblo, les encantará.
Au revoir¡¡
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